Ciento cincuenta años después de que Beethoven transformara la música clásica, Bob Dylan revolucionó la música popular. Destruyendo paradigmas abrió puertas y ventanas a la libertad creativa.
Le preguntaron una vez a Mick Jagger: ?¿Qué opinas de Bob Dylan??. ?¿Cuál de todos??, ex- clamó el rolling stone con su característica sonrisa. Gracias a su inigualable versatilidad creativa, entre canción y canción, y de disco en disco, Bob transita del rock al jazz; del folk al blues y del góspel al country o al pop.
El alcance de sus composiciones se ha multiplicado exponencialmente debido a que, durante las últimas cinco décadas, 6,475 covers de 385 de sus canciones han sido grabados por 3,070 artistas que han contribuido para llevar su espíritu a todos los rincones del mundo. Esta insólita cantidad de intérpretes comprende desde Adele, Maroon 5, Coldplay, Miley Cyrus, Ed Sheeran, James Blunt, Mumford & Sons, Ximena Sariñana, Alicia Keys y My Chemical Ro- mance, hasta Elvis Presley, Guns N? Roses, Prince, David Bowie, Jimi Hendrix, Janis Joplin, George Harrison, The Rolling Stones, Neil Young, Billy Joel, Bon Jovi, Bruce Springsteen, Rod Stewart, Sting, Roger Waters, Pearl Jam, Lenny Kravitz, Tom Petty, Johnny Cash, Red Hot Chili Peppers o U2.
LO CAMBIA TODO
Antes de la llegada de Bob Dylan, la música popular consistía en canciones de tres minutos estructuradas dentro de un formato. Las letras no decían nada significativo, eran irrelevantes. Lo importante era que, combinadas, la música y las voces sonaran bien. Todos los artistas, incluyendo a Elvis y The Beatles, trabajaban en apego a aquella costumbre que se convirtió en regla.
Ciento cincuenta años después de que Beethoven transformara la música clásica, Bob Dylan revolucionó la música popular. Destruyendo paradigmas abrió puertas y ventanas a la libertad creativa.
Hasta entonces el propósito esencial de la música pop era que las canciones fueran pegajosas, hicieran bailar a la gente, la alegraran o sirvieran de fondo musical.
En los sesenta Dylan llevó las letras de la trivialidad a la sustancia. Sus canciones contenían profundos mensajes que denunciaban, ad- vertían, decretaban y hasta profetizaban. Con asombrosa elocuencia evidenciaban la desigualdad, el belicismo, la injusticia y la discriminación racial. Además revelaban las razones que provocaban que la juventud se sintiera asfixiada.
Como flechas, sus ideas penetraron los oídos, corazones y conciencias de una generación ávida de respuestas, de libertad y de cambio. Pero esos temas no delimitaban las fronteras artísticas del joven genio, quien igualmente creaba letras románticas, narraba historias estremecedoras o producía temas divertidos cargados de sentido del humor.
Bob Dylan tenía algo que decir, y lo decía a través de sus canciones. Sus ideas se convirtieron en el mapa ideológico de millones de personas que llevaron a los sesenta a ser el epicentro de la revolución social, política y cultural de la era moderna.
USA LA MÚSICA PARA TOCAR LA CONCIENCIA
Haciendo uso de narrativa y recursos poético-literarios como el simbolismo, la aliteración, la interrogación retórica y la metáfora, introdujo a las canciones temas de interés general. Los pensamientos que transmitía tomaron fuerza extraordinaria y no tardaron en expandirse por el mundo. La gente le creía; se adueñaba de sus opiniones y se sumaba a las causas.
En la actualidad estamos acostumbrados a que la música popular sea un vehículo para transmitir ideas, pero esa fórmula, hoy universal, cobró vida a partir de que Bob Dylan la utilizó en sus primeros discos. Las imágenes surrealistas e ideas abstractas contenidas en sus poemas han sido objeto de incontables interpretaciones.
Todo esto enredado alrededor del corazón de la música pop por primera vez, provocó un fenómeno sin precedente. Como un juglar del mundo moderno, Bob Dylan le puso letra y música a la realidad; su torrente de conciencia ocupaba casi completamente los pensamientos de la juventud.
Por estas mismas razones, actualmente millones de personas al- rededor del mundo continúan escuchando sus canciones clásicas y nuevas interpretadas, ya sea por él o por otros músicos. Es un artista en constante estado de reinvención que no deja de asombrar.
DYLAN & THE BEATLES
No sólo cautivó al público, sino también a los músicos, empezando por The Beatles, que estaban sorprendidos tanto por sus letras, melodías y autoridad interpretativa, como por sus novedosas y variadas estructuras musicales.
Estando de gira en París, Lennon consiguió el disco The Freewheelin? Bob Dylan. Maravillados con la música que descubrieron ahí, los de Liverpool pasaron las siguientes semanas escuchándolo obsesivamente.
Poco después, durante su segunda gira por Estados Unidos, The Beatles invitaron a Bob Dylan de 23 años a su suite del Hotel Delmo- nico de Nueva York para poder conocerlo en persona. Bob les habló toda la noche. Para John, Paul, George y Ringo aquella fue una expe- riencia trascendental que los motivó para salir de la cuadrícula que los limitaba y poder entrar en una nueva etapa artística.
Consecuentemente, The Beatles evolucionaron de sus primeras canciones ?Love Me Do?, ?She Loves You?, o ?I Want To Hold Your
Hand?, a obras de arte de alto valor lírico y musical como ?Eleanor Rigby?, ?Golden Slumbers?, ?Across the Universe?, ?A Day In The Life?, ?Strawberry Fields Forever? o ?Let It Be?. La banda más popular de la Tierra redefinió su estilo y la música tomó un rumbo nuevo.
SU AMISTAD CON JOHN Y GEORGE
La empatía surgida desde un principio entre Dylan y George Harrison produjo entre ellos una estrecha amistad que perduró hasta la muerte George en 2001.
Por su parte, John intentó también entablar una amistad con Bob, cosa que aparentemente nunca cuajó ?únicamente se vieron en seis ocasiones. Sin embargo, 32 años después de la muerte de Lennon, en 2012, Dylan le dedica Roll on John, una canción de su álbum Tempest. En ella, a lo largo de siete minutos, Bob relata la historia com- pleta del Beatle y manifiesta respeto y profundo cariño por él.
Tras la desintegración del cuarteto, en entrevista con la revista Rolling Stone, John Lennon confesó: ?Las canciones de Dylan eran tan cautivantes que supe que jamás podría competir con él?, y en otra ocasión declaró: ?Siento que ya he madurado lo suficiente como para poder comunicarme con Bob Dylan?.
De cualquier manera, Bob y The Beatles trabajaron para desarrollar la música que definió a los años sesenta. Se influyeron recípro- camente y siempre compartieron mutua admiración. En enero de 1965 el semanario inglés Melody Maker publicó el artículo ?Beatles Say ?Dylan Shows the Way? (?The Beatles dice ?Dylan marca el camino?). La música jamás volvió a ser igual.
Roger Waters.
BAJO LA INFLUENCIA DE DYLAN, PINK FLOYD SE PROYECTA A LA ESTRATÓSFERA
Inspirado por Dylan, Roger Waters, el fundador y principal compositor de Pink Floyd, dio pasos definitivos que llevaron a su banda a convertirse en una de las más importantes de la historia:
Desde los sesenta Dylan llevó las letras de la trivialidad a la sustancia. Sus canciones contenían profundos mensajes que denunciaban, advertían, decretaban y hasta profetizaban.
??Sad-Eyed Lady Of The Lowlands? cambió mi vida?, rememora Waters. ?Cuando escuché esa tema, pensé: ?Si Bob puede componer algo así, yo también puedo?. (degrees)La canción dura 20 minutos!, (degrees)es todo un lado de un disco! Pero lejos de cansar, entre más avanza se vuelve más y más hipnótica?. Tras ser deslumbrado, Roger Waters reaccionó utilizando su pluma poética para escribir letras con poderoso trasfondo político, filosófico y social, y empezó a crear canciones de 7, 11, 17, 23 y hasta 26 minutos de duración.
El arte de Dylan irrumpió en el nivel más profundo del público: su inteligencia. ?Por lo general las obras de la cultura popular pasan rápidamente y pronto terminan en el cementerio, ? dijo Bob a la re- vista Mojo. ?Yo quería hacer algo que pudiera permanecer al lado de los cuadros de Rembrandt?.
UN MOTOR QUE NO SE DETIENE
En 1965 suceden cosas que aceleran el mundo de Dylan. Cambia sus interpretaciones acústicas en solitario por una potente banda de rock; en Newport pone punto final a la era del folk, compone y graba la primera canción de rap, lanza dos discos que cimbran la esfera musical, realiza dos polémicas giras, hace una película, escribe su primer libro y se casa con la modelo de playboy Sara Lownds. A los 24 años es calificado por el escritor y crítico Greil Marcus como ?el artista que lo cambió todo?.
Cincuenta y un años después, en 2016, cumple 75 en medio de una agenda igualmente intensa. En el último año y medio ha lanza- do cuatro discos, incluyendo Fallen Angels, su sexagésimo título. En 12 meses ha dado 102 conciertos en ciudades de 13 países que incluyen Francia, Italia, Alemania, Suiza, España, Austria y Japón, y está terminando de escribir el segundo volumen de su autobiografía.
UN INMORTAL VIVO
Diversos pensadores, humanistas, antropólogos, musicólogos, catedráticos, críticos literarios y lingüistas analizan la obra de Dylan intentando determinar su impacto en la cultura universal. El profesor Gordon Ball, de la Universidad de Lexington, afirma que ?desde Kipling no había existido un autor que otorgara al idioma inglés tantas frases memorables?. Christopher Ricks, profesor de poesía de la Universidad de Oxford y erudito de la poesía victoriana, asegura que ?ninguna persona viva utiliza las palabras mejor que él?.
Según Richard Thomas, catedrático de latín y griego de Harvard, dentro de dos siglos Dylan será considerado un clásico plenamente integrado en el canon literario.
Este músico y poeta se ha convertido en materia de estudio académico al igual que los personajes paradigmáticos Shakespeare, Mark Twain o Mozart. Harvard, Oxford, Brown, Oslo, Dalhousie y otras universidades han instituido cursos con el propósito de que los alumnos estudien su legado literario y musical para analizar el mundo moderno a través de su obra.
?Ha logrado la inmortalidad antes de sucumbir a la mortalidad, ? subraya Robert Thompson, experto en cultura popular por la Uni versidad de Syracuse. En contraste, Van Gogh, John Lennon, Freddie Mercury o Jim Morrison alcanzaron el estatus mítico después de haber dejado este mundo. Los restos mortales del propio Mozart fueron arrojados a la fosa común en medio de una fuerte tormenta y ante la presencia de un solo ser querido: su perro. ABob Dylan se le ha colocado en el pedestal de las eras estando aún vivo e increíble- mente activo en el mundo de la música.
THE UNBELIEVABLE STORY
Este enigmático personaje es presa imposible de los paparazzi. Lo único que se sabe con certeza acerca de Bob Dylan es que su nombre no es Bob Dylan. Nacido como Robert Zimmerman en el remoto pueblo de Duluth, Minnesota, a los seis años debutó como cantante en una fiesta familiar. Pasó la adolescencia escribiendo poemas y tocando el piano, la guitarra y la armónica. Convencido de que se convertiría en una leyenda de la música, el 19 de enero de 1961, a los 19 años, llegó de aventón a Manhattan y esa misma noche consiguió trabajo como cantante en el Cafe Wha? A partir de entonces todas las puertas se le abrieron a la primera llamada.
Nueve meses más tarde una disquera trasnacional le ofreció un contrato. A los 20 años grabó su primer disco y se hizo meteórica- mente famoso. A los 21 se presentó en el Carnegie Hall de Nueva York, a los 22 Martin Luther King lo invitó a cantar en Washington durante el evento en el que dio su mítico discurso I Have a Dream, y a los 25 estaba convertido en un icono artístico, político y cultural.
En 1974 realizó la primera gira de conciertos masivos de la era del rock y en 1988 comenzó su Never Ending Tour (Gira infinita), que hoy, a 28 años de vigencia ininterrumpida suma cerca de 3 mil presentaciones. Ha aparecido 27 veces en la portada de Rolling Stone, más que cualquier otro artista vivo o muerto.
Durante la gira invierte su tiempo libre pintando; y cuando está en su taller de Malibú hace esculturas de hierro. Sus obras se exhi- ben en importantes galerías de arte en Estados Unidos y Europa.
Es el compositor con el mayor número de canciones incluidas en soundracks de películas de Hollywood. Forrest Gump, Natural Born Killers, Bandits, Vanilla Sky, Shrek, Mr. and Mrs. Smith, Walk the Line, Did You Hear About the Morgans?, Silver Linings Playbook o Steve Jobs, son sólo algunos ejemplos.
Su larga lista de premios y reconocimientos incluye el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, el Grammy, el Oscar, el Pulitzer, el Polar Music Prize (considerado el Nobel de la música), la Medalla de Honor del Kennedy Center, la National Medal of Arts, la Presidential Medal of Freedom y el reconocimiento MusiCares como Person of the Year 2015.
Su nombre fue inmortalizado por The Who en ?The Seeker?, por The Beatles en un tema del White Album y en las hímnicas canciones ?Give Peace a Chance? y ?God? de John Lennon.
Más de 2 mil libros se han escrito acerca de él. David Bowie y Syd Barrett le dedicaron canciones; el papa Juan Pablo II lo invitó a cantar ante 300 mil jóvenes en Italia; Steve Jobs lo reconoció como su principal inspiración para la creación de Apple; la revista Rolling Stone lo considera como el mejor compositor musical, y 200 perso- najes de la industria discográfica eligieron su canción ?Like a Rolling Stone? como la más grande de todos los tiempos. Las universidades de Princeton y St. Andrews lo nombraron Doctor Honoris Causa y fue condecorado como Officier de l?Ordre National de la Legion d?Honneur, la más alta de las distinciones francesas.
Este poeta, cantante, músico, compositor, DJ, escritor, escultor, pintor, actor y padre de seis hijos, llega a su cumpleaños 75 con gran- des proyectos y sin planes de retiro.
Gracias al esfuerzo que ha realizado para llevar su talento hasta los límites, hoy comparte con el mundo 600 maravillosas canciones ?600 versiones de la paz, de la esperanza, de la realidad, de la bús- queda del yo interno y del amor.
De la misma manera que Cervantes revolucionó la literatura, Picasso modernizó la pintura y Einstein modificó nuestro cono- cimiento del tiempo y del espacio, Bob Dylanreinventó la música popular. (degrees)Felices 75, Bob!