Este 29 de mayo se conmemora el 101 aniversario del natalicio de John F. Kennedy, el trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos.
Aunque casi todos saben que el político estadounidense fue asesinado el 22 de noviembre de1963, pocos saben que su última noche la pasó en Fort Worth, donde tanto a él como a su esposa, Jackie Kennedy, los agasajaron.
El 21 de noviembre de 1963, John y Jackie visitaron Fort Worth. Ahí, se hospedaron en el lujoso y monumental hotel Texas — hoy es uno de los hoteles Hilton—.
La pareja ocupó la habitación 850, misma que fue re-decorada por un día para asombrar y deleitar a Jackie, quien gustaba del arte y la escultura.
Así, obras de artistas como Pablo Picasso, Herny Moore y Vincent van Gogh fueron colocadas de tal manera que la Primera Dama estadounidense apreciara, sin tener que salir de su habitación, las pinturas de grandes maestros del arte.
Este detalle desencadenó que Jackie quisiera agradecer al comité de hombres y mujeres que quisieron sorprender y agradar a la esposa de John F. Kennedy, por lo que al día siguiente asistió a un desayuno donde expresó su agradecimiento a cada uno de los que hicieron posible este gran gesto.
Tras este desayuno, la pareja presidencial se despidió de la habitación, de los asistentes al desayuno y del personal del hotel.
A las afueras del resort los esperaba una multitud que quería conocerlos y, aunque en su agenda no estaba contemplado un discurso, John F. Kennedy quiso ofrecer unas palabras para aquellas personas que se encontraban ahí.
Rumbo a su fatal destino
Tras el discurso que ofreció a las afueras del Hotel Texas, en Fort Worth, John F. Kennedy y Jackie partieron rumbo a Dallas, a tan solo 52 kilómetros de distancia entre ambas ciudades.
Ahí, en Dallas, lo esperaba la muerte.
Felices y con buen ánimo Jackie y John saludaban a las más de 200 mil personas que los veían pasar en un descapotable azul.
A las 12:30 horas, el auto donde viaja la pareja presidencial da un giro por una de las calles de Dallas, lentamente. De pronto se escuchan varios disparos, mismos que terminarían con la vida de John F. Kennedy.
Incrédula, en shock y sin saber qué hacer, Jackie solo intenta ponerle la tapa de la cabeza a su esposo, quien se desploma frente a sus ojos.
Kennedy es declarado muerto a las 13:00 horas en el hospital Parkland.
La estatua del recuerdo
En Fort Worth, donde John F. Kennedy pasó su última noche con vida, se le rindió homenaje con una estatua que se encuentra frente al hotel donde durmió junto a su esposa una noche antes de su asesinato.
La efigie de bronce esta rodeada de flores, imágenes de aquel día que visitó la ciudad y algunas frases.
Una de ellas es “A man may die, nations may rise and fall, but an idea lives on”, — Un hombre puede morir, las naciones pueden subir y bajar, pero la idea sigue viva—.
Además, ahí frente a la estatua de Kennedy se leen las palabras —en inglés y español— del congresista de Fort Worth y vocero de la Cámara de Representantes de Estados Unidos de aquel entonces Jim Wright:
“Aunque en las primeras horas de la mañana la lluvia era fría e intensa, miles de personas se reunieron frente al Hotel Texas para ver y recibir a nuestro presidente. La lluvia cesó y el presidente Kennedy se presentó para saludarlas.
“Se había erigido una plataforma global para su discurso, pero el presidente Kennedy comenzó a dar pasos directamente entre la efusiva multitud mientras estrechaba varias manos. Agradeció al numeroso y empapado público y declaró: ‘En Fort Worth no hay falta de ánimo y valor’”, se lee en el mensaje.
La efigie, las frases y las flores son complementadas con tres imágenes para la historia: una de John F. Kennedy junto a su esposa Jackie, quien lucía el inolvidable traje rosa de Chanel que alcanzó fama tras mancharse de sangre cuando balearon al entonces mandatario; otra donde se observa a Kennedy saludando a miles de habitantes emocionados y en una más se le ve sonriente hablando frente al podium mientras atrás aplaude su séquito.