Después de la pandemia, el histrión Daniel Giménez Cacho regresa al escenario y por la puerta grande con Network, una obra que lleva un mensaje profundo y hace un llamado a las nuevas generaciones.
Por María del Mar Barrientos Tamariz
El nombre de Daniel Giménez Cacho es garantía para todo proyecto; su profesionalismo y entrega en cada una de sus interpretaciones son un arte. Asimismo, si los últimos dos años fueron difíciles para muchos segmentos, las artes no fueron excepción; en la pandemia los telones bajaron y el primer actor también se sintió afectado por no pisar los escenarios.
Por ello, regresar al teatro para Giménez Cacho, quien a lo largo de su carrera lleva consigo alrededor de 60 obras representadas, es gratificante, pero además volver con un montaje como Network es un triunfo. Basado en un éxito que, incluso llegó a las pantallas de cine en 1976 y le diera el Oscar como Mejor Actriz a Faye Dunaway, Network es una puesta que se ha sabido adaptar a nuestros tiempos y hoy llega al Teatro de los Insurgentes.
¿QUÉ SIENTES DE VOLVER AL TEATRO DESPUÉS DE TANTO TIEMPO?
Emocionante, muy emocionante. Para nosotros, pero también para el público, porque sale con muchas ganas y más consciente de lo que vale estar en presencia de un fenómeno como el teatro. Hubo muchos intentos durante la pandemia de hacer cosas en línea y no es lo mismo.
EN CUANTO A LA PANDEMIA HAS DICHO EN OCASIONES QUE TE SIRVIÓ A NIVEL PERSONAL.
Sí, tuvo su lado bueno la pandemia. Fortalecí mucho el contacto conmigo mismo. Al verte aislado te haces muy consciente de qué tanto tienes depositado afuera en la gente y cómo te has desatendido, entonces, eso fue muy bueno, tan bueno que ya no lo voy a soltar. Y eso para mí como actor es muy importante.
ESTRENAS NETWORK EN EL TEATRO INSURGENTES Y ME DICES QUE ESTÁS GO- ZANDO TU PERSONAJE ¿NOS PUEDES HABLAR UN POCO DE ESTO?
Este personaje lo estoy gozando de una manera brutal porque dice unas cosas que yo hubiera soñado decirlas. Tiene un contacto estrecho con el público y le habla directamente a la gente. La obra es del año 75, cuando la televisión comienza a convertirse en un controlador de la opinión de los hábitos de consumo, y el tema ahora se trasladó a las redes. Y hoy, lo más dramático es que no nos controla un ejecutivo de la TV, sino que somos nosotros mismos que nos autoexplotamos para vendernos, tener éxito y fingir. Entonces, este personaje tiene un momento de locura, se revela y atenta contra los medios, desde su propio medio, desde el set de televisión le dice a la gente: “Apaguen sus televisores y vuélvanse libres”. Veo que al público le llega profundamente este tema, se cuestiona si es libre, si depende de estos aparatos, etcétera.
LA OBRA ES DEL 75 Y ESTAMOS EN EL 2022 Y SIGUE COMPLETAMENTE VIGENTE ¿EL MUNDO CONTINÚA IGUAL?
Yo creo que ha empeorado en varios sentidos, este control de la información, de la opinión y del consumo se volvió planetario, hablando de las redes, que ahora están controladas por muy pocas personas, que son los que están influyendo y controlando. Por otro lado, el internet también ha abierto otros canales de resistencia, de democratización de voces, cada quien puede subir lo que quiera, pero a la vez hay una cantidad de ruido que hace que no nos podamos escuchar. En general, creo que ha empeorado y hay un engaño, en donde te hacen creer que tú eres libre y nadie te está obligando a usar las redes sociales, pero la sociedad entera te está obligando a hacerlo. Por ejemplo, en los castings, a un actor joven, le piden su Instagram y cuántos seguidores tiene. Y está complicado, en ese sentido sí ha empeorado.
¿TE PARECES EN ALGO A TU PERSONAJE?
Sí. Siempre he sido algo rebelde, cuestionador y crítico.
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