Inmerso en la icónica colonia San Ángel al sur de la ciudad de México, el chef Mario Espinosa celebra el primer aniversario de Magda, su tercer restaurante en la capital que enaltece los sabores nacionales, la riqueza cultural y el encanto de la zona.
Tomando como inspiración al río Magdalena, el único vivo en la ciudad de México y a un lado del convento de San Ángel, Madga presenta una propuesta gastronómica muy especial, resaltando los elementos silvestres y la esencia del agua, dado el caudal que atraviesa la localidad.
Con una oferta de desayunos y comidas, Magda se enaltece con grandes ofertas culinarias tales como el chamorro estofado con jugo de cochinita pibil, el asado de picaña con pork Belly laminado o las tortitas de papa con chile morita. Pero, hay un platillo que, además de tener una gran historia al haber sido creado en el extranjero bajo la tarea de presentar un platillo mexicano reinterpretado, hoy es uno de los clásicos y favoritos del lugar: el ceviche de chicharrón regio.
En una plática con Mario Espinosa, creador y chef de Magda, nos comenta que “Hablando de la comida, el cuidado de los ingredientes es un sello que nos distingue. Nosotros vamos por nuestros productos a la central, lo cual brinda mayor atención y calidad a la oferta que damos. Por otro lado, el lugar es espectacular y permite a los comensales desconectarse un poco de la ciudad e invitarlos a disfrutar de una tarde como si estuvieras en un San Miguel o en cualquier otro lugar”.
¿Cuál ha sido el mayor reto al que te has enfrentado en el primer año de Magda?
El reto de entrar a San Ángel realmente implicaba mucho por gustarle a la gente y mantenernos. Cumplimos un año, apenas estamos empezando, pero agradezco que la gente haya confiado en nosotros y hemos consolidado una gran familia de clientes que nos visitan seguido. Obviamente ver el crecimiento del lugar y saber que a la gente le gusta, vuelve y habla bien del lugar, es mi mayor satisfacción.
¿Qué representa para ti la cocina?
Mucho. Vengo de una familia de cocineros, yo soy el octavo de la familia y siempre ha sido mi entrono, sin embargo, nunca quise ser cocinero. Lo vivo de chico y lo rechacé después, pero finalmente y mientras estudiaba ingeniería, dejé la carrera para volver a la cocina. Es parte de toda mi vida.
¿Cuál es el mayor legado que has dejado a lo largo de tu carrera?
Es muy bonito porque, independientemente de lo que puedas crear y lo que pueda trascender en el tiempo, yo trabajo con gente que tiene mucho tiempo trabajando conmigo, y creo que, lo más especial es que, la gente que sigue o que ya no está conmigo, ha podido crecer y verlos triunfar me hace muy feliz. Es como ver crecer la semilla que plantaste hace mucho tiempo y hoy puedes ser testigos de esos frutos.
De esta manera y junto a su socio y diseñador del lugar, Ricardo Casas, el chef Mario celebra el primer aniversario de Magda, el cual ya es un clásico de la colonia San Ángel.