Por Alejandra Morón Díaz
El chef Indra Carrillo recibió su primera estrella Michelin en enero de 2019 y su restaurante La Condesa, en París, va en ascenso.
Desde pequeño, Indra Carrillo traía la pasión por la cocina en la sangre. Su primer acercamiento con los fogones se dio a los 12 años de edad, fue entonces que “de manera constante empecé a cocinar en una revista cultural en la Ciudad México”, recuerda. Y desde ese momento no ha dejado de cocinar y de hacer creaciones que lo llenan de orgullo. El trabajo manual que se realiza en la cocina, los olores y sabores de todos los productos, hicieron que se enamorara del arte culinario y pronto comenzó a soñar con tener su propio restaurante.
Un día, con tan solo 18 años de edad, tomó las maletas y emprendió su viaje a Europa, “me llamó mucho la atención justamente ir al clima de las gastronomías más importantes del mundo y fue a través de amigos de la familia, que son franceses, quienes me hablaban de las escuelas allá y los chefs. Entonces quise aprender francés a los 14 años, porque deseaba ir a estudiar a Francia”, nos cuenta el chef Indra.
Su esfuerzo, dedicación y curiosidad lo llevaron a recorrer India, Estados Unidos, España, Inglaterra, Dinamarca, Italia y Japón, donde estudió y aprendió técnicas, sabores y platillos; así que pronto su sueño de tener un espacio se fortaleció. “Es chistoso, porque de adolescente yo quería abrirlo en La Condesa, en la Ciudad de México. Y pues dije, ‘¿cuándo?, quién sabe, ¿cómo?, tampoco sé’, luego poco a poco me preguntaba ‘¿dónde?’, pues no sabía”. Tuvieron que pasar algunos años, visitar varios países, conocer, aprender, experimentar y decidirse a ser dueño de un restaurante.
Descubre el artículo completo en la edición digital e impresa CARAS MAYO