Ubicado a lo largo de la soleada costa mexicana y a tan solo un vuelo de distancia de la Ciudad de México, el Hotel Four Seasons, Tamarindo llega para presentarse como un testimonio del ingenio, creatividad y la riqueza cultural que tenemos para ofrecer. Nacido con una misión especial para plasmar el amor de los hoteles Four Seasons por nuestro país, y con la finalidad de impulsar una zona en la costa de Jalisco que antes de este proyecto no había sido explorada.
Su extenso compromiso con la promoción del talento mexicano le llevó a reunir a un grupo de visionarios arquitectos quienes colaborativamente concibieron esta obra maestra de la arquitectura y hotelería. Trabajando estrechamente con diseñadores, artistas y artesanos mexicanos, Four Seasons Tamarindo y sus creadores favorecen la preservación y la difusión del talento de nuestro país. Los detalles mínimos desde los muebles, el arte dentro de las habitaciones y los interiores meticulosamente diseñados son un testimonio de la riqueza de creatividad que reside en México.
La imponente estructura
Entre un terreno de acantilados y vegetación, destaca la imponente estructura firmada por LegoRocha. Rindiendo homenaje al México prehispánico, pero con un toque de modernidad y una sutileza contemporánea, se erige esta edificación que se une a su entorno en un acto de simbiosis.
Fueron 10 años los que se necesitaron para poder domar el terreno. Al estar situado dentro de una reserva natural, el complicado terreno significó un gran reto. El poder desvanecer, y estelarizar al mismo tiempo, una estructura así de imponente en una selva tan frondosa se convirtió en una tarea fácil gracias a la visión de Mauricio Rocha, Víctor Legorreta y la de Mario Schjetnan quien diseñó el paisajismo del hotel.
La tarea del equipo de arquitectos fue conceptualizar los espacios y la distribución de las suites; que cada una cuenta con hamacas, tinas y terminados naturales como el concreto con madera recuperada y piedra volcánica. Cada centímetro de este hotel está pensado meticulosamente para ser visualmente un deleite para los huéspedes.
A pesar de trabajar con figuras importantes del mundo de la arquitectura en México, cada uno de los integrantes del equipo logró dejar su ego de lado, reconociendo el protagonismo del proyecto.
Siendo que cada uno tenía conocimientos de distintas disciplinas y una visión diferente, pero con una misión en común: el trabajo en equipo que fue todo un proceso, y que más que sufrirse fue nutritivo menciona Mauricio Rocha.
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