Gabriel de la Mora ha demostrado durante años que el arte no es menos que un constructo, y que de lo inesperado surgen piezas que regalan inspiración a miles. Su imaginario ha cuestionado la imponencia del tiempo en nuestro mundo, y su visión nos ha hecho replantearnos cuestiones de la vida que dábamos por hechas. Tequila 1800 ha sido un impulsor del arte, prestando una a artistas mexicanos alrededor del mundo. Como parte de una serie de colaboraciones con artistas, invitaron a Gabriel de la Mora a intervenir la botella y la caja de Tequila 1800 Milenio. Tuvimos el honor de conversar con Gabriel, para comprender las implicaciones de su creatividad, y cómo plasma estas en una edición limitada del mejor tequila en México.
Según el internet y los críticos de arte, Gabriel de la Mora es un pintor y arquitecto. ¿Cómo describirías tu profesión?
Pues es curioso. Estudié arquitectura porque de alguna manera, pues, desde que era niño, dibujé antes que había o escribir. De alguna manera el dibujo, y el arte, fue mi medio expresión. Soy zurdo y disléxico, escribo al revés, entonces, la palabra no era lo mío. Mi manera de expresar mi cerebro siempre fue a través de la imagen, de los dibujos. Estudié arquitectura porque leía biografías de artistas que me llevaban la atención y se me hacía frustrante el pensar que no podías vivir de lo que más amas, que es el arte. Entonces, por esa razón, decidí arquitectura.
La arquitectura me fascina. Estuve poco tiempo como arquitecto, tratando de llevar el arte a la arquitectura hasta que hubo un punto en el que a mis 28 años tuve que tomar una decisión: si seguir como arquitecto o como artista. Creo que la arquitectura cumple una función, y es como un servicio, pero me alejaba de lo que quería ser que era ser artista. Tomé una buena decisión este llevo casi 30 años como artista y de alguna manera no me gusta verme ni como pintor ni dibujante ni escultor para ni reducir el arte a una técnica. Se me hace completamente injusto. Para mí, el arte es mucho más que una simple técnica. A mí me gusta ser un personaje o una persona que trabaja con ideas y con conceptos, y cada idea y cada concepto te pide una técnica en particular durante mucho tiempo.
Como arquitecto, siempre me llamó la atención tratar de cuestionar y encontrar nuevas posibilidades a todo lo que pudiera tener en mente. De alguna manera, como arquitecto, si iba a diseñar una puerta sabía que no podía pensar en ninguna de las puertas que conocía como puerta y era a partir de una definición. ¿Qué es una puerta? Y de todas las definiciones que pudiera tener iba descartando todas hasta quedarme con una y era el punto de partida para generar algo.
Como artista quería encontrar nuevas posibilidades de la pintura, el dibujo, la escultura. A veces lo peor que le puedo ocurrir un artista es dibujar o pintar bien, porque la parte virtuosa te puede distraer del verdadero trazo de lo que podría ser la pintura del dibujo de la escultura en sí. Al dejar la pintura empecé con la serie de dibujos de pelo. Utilizando el pelo como punto y como línea dentro de un papel a través de definiciones, usando la misma metodología que usaba como arquitecto, pero ya como artista, y sabía que la arquitectura siempre iba a regresar a ella, pero no como arquitecto, sino como artista.
¿Cuáles son los tropos o las temáticas que te gusta explorar a través de lo que haces dentro de la pintura?
Me gustaba cuestionar la pintura. Las pinturas se cuelgan en la pared, y hay casas históricas con muchas capas de pinturas recurriendo una a la otra, por lo que incluso sin tener nada colgado podemos encontrar una obra de arte.
Una obra de arte puede iniciarse quizá mucho tiempo antes del nacimiento de un artista. De ahí es cuestionar la pintura desde la arquitectura y desde un elemento que ajeno al arte. Todos los fragmentos y quebraduras de los plafones que vi en una casa de 130 años me llevaron al inicio de la serie de con cascarrones de huevo este. Y de ahí una serie va llevando a otra de la serie cascarón de huevo.
¿Cómo es este primer acercamiento con Tequila 1800?
Bueno, me invitaron este a como artista este y llevan años haciendo esto. Para mí es como una colaboración de una casa que hace tequila en donde hay una botella.
Hay una caja. Invitan a un artista para que intervenga esta botella y esta botella dentro de caja me llamó la atención. Obviamente esto me llevó atrás a mi época. En secundaria y preparatoria donde hacía diseños caricaturas y vivía del diseño gráfico de alguna manera.
Lo primero que me vine en mente: ¿cuál va a ser la línea entre diseño y arte por un lado? Y, por otro lado, me llamaba la atención cómo un empaque que es una caja tiene una botella. La caja es sólida. Este tiene un frente y un reverso, y la botella es de vidrio transparente. De ahí partir y hacer una propuesta. Sabía que, de alguna manera, quería imaginar o tomar el reto de decir que la botella y la caja cumplen una función y son de alguna manera un servicio. ¿La gente va a comprar la botella por para guardarla?, ¿la va a abrir y se la va a tomar? Y si se la toma la va a guardar vacía o la va a tirar y va a ser la experiencia de tomarse el tequila y ver estas cosas.
Entonces era el ejercicio de averiguar qué es lo que va a pasar. ¿Qué va a tener un valor mayor? La botella tiene una posición vertical cuando está quieta y horizontal al servirla. Esta transformación refleja la dualidad de elementos como el cuervo, que se convierte en un agave en mi trabajo creativo. Utilizo estos símbolos en mis diseños, fusionando el dorado de la botella con tonos morados inspirados en mariposas. También aplico numerología, especialmente números impares como el dos, seis y tres, que están relacionados con mi arte.