Después de graduarse, se casó y se dedicó de tiempo completo a su familia. No obstante, al estar en casa y junto a sus hijos, la creativa explotó su potencial. “Me apasionaba cocinar y poner siempre mesas muy bonitas y detalladas. Me di cuenta de que el mercado estaba muy limitado en cuanto a vajillas que tuvieran diseños creativos para lucir en la mesa”, nos comenta.
Con el paso de los años, sus hijos crecieron y tuvo más tiempo libre para dedicarse a ella misma. Fue entonces que nació en ella la idea de reunir y trabajar en sus dos pasiones: el diseño y la creatividad. Esther empezó a diseñar vajillas y, con el apoyo de su esposo, logró mandar sus diseños a una fábrica en Europa; cuando menos lo esperó, la mitad del mercado ya tenía sus vajillas. “Crown Baccara es una empresa familiar, en donde colaboran tanto mi esposo como mis hijos, ellos se han involucrado tanto, de tal modo que, cuando van a cualquier lugar, en lo primero que ponen el ojo es en las vajillas, pocos hombres lo hacen”, nos cuenta.
En un abrir y cerrar de ojos, Esther logró compartir su objetivo de brindar ideas y detalles para vestir las mesas con tendencias de moda y poder crear momentos únicos con la familia y los amigos. “Siempre he tenido en mente que en la mesa se une a la familia, pues es el momento perfecto para pasar un rato agradable”.