Teniendo en cuenta que Iker Casillas lleva tres años ejerciendo como guardameta titular del Oporto y que su primogénito Martín (4), fruto de su matrimonio con la periodista Sara Carbonero, ha exhibido desde temprana edad una afición y unas habilidades para el deporte rey claramente heredadas de su progenitor, resulta comprensible que la pareja haya aprovechado tales circunstancias para inscribir al niño en la escuela de fútbol del club luso.
Así lo asegura al menos el diario deportivo As, que también se ha hecho eco de la ilusión con la que el portero madrileño -el mejor del mundo durante buena parte de su trayectoria en el Real Madrid- habría recibido el entusiasmo de su primogénito a la hora de seguir de alguna forma sus pasos y formarse como es debido en la cantera del club en el que milita en estos momentos.
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¿Siguiendo a papá?
Evidentemente, todavía es demasiado pronto para predecir el futuro profesional de un niño que aún no ha cumplido ni sus primeros cinco años de vida, y por eso la madre de Martín Casillas Carbonero ya dejó claro en su momento que, independientemente de la disciplina que eligiera su retoño, el deporte debía ser siempre un medio para aprender buenos “valores” y no para inculcar un exceso de ambición y competitividad.
“Me da igual que hiciera fútbol, tenis, música... Quería que tuviera una actividad y si es de equipo mejor. Desde chiquititos aprenden un montón de valores, de normas, esfuerzo, responsabilidad... Ante todo, hay que tomárselo como un juego, como deporte y poco más. Aún es súper pequeño”, explicaba Sara Carbonero, madre también de Lucas (3) junto a Casillas, en conversación con el diario El Mundo.