Gracias a sus recetas, participación en redes sociales y divertidas experiencias gastronómicas, Ana Martorell se posiciona como una de las chefs más reconocidas.
Por Cecilia Morales Andere
Ana Martorell vivió su infancia alrededor de los sabores y colores de la cocina mexicana ‒que estuvieron presentes en su casa‒, es nieta de inmigrantes españoles, quienes le inculcaron una pasión por México, un país al que ella ama y representa, por medio de la gastronomía, en ciudades alrededor del mundo. Participó en la primera semana gastronómica de México en Qatar en 2017, en la degustación para la Alianza del Pacífico en el Parlamento de Canadá en 2018 y en la inauguración del restaurante Amós del hotel Rosewood Villa Magna en Madrid, así como en la cena para la barra de abogados de dicha ciudad en la Casa de México en España durante el 2021.
Martorell afirma que las tradiciones de nuestra nación deben quedarse por siempre, por lo que hace una labor importante al rescatar el uso del molcajete, de los comales de piedra volcánica, el metate y metlapil para elaborar platillos con recetas ancestrales que ella perfecciona ‒con nuevas interpretaciones‒ para presentar innovadoras creaciones de distintas regiones del país.
Su primer libro...
Además, en el 2020 exploró su talento como escritora: durante la alerta sanitaria escribió De negro a rosa, su primer libro en el que hace una referencia a “las ocho primeras etapas de la pandemia” y los diferentes estados de ánimo por los que pasó de manera individual y familiar al relacionar sus sentimientos con la comida, pues “es un hecho que los alimentos fortalecen el cuerpo y reconfortan las emociones”, mencionó Ana durante la presentación.
A los pocos meses de esta publicación, el libro se agotó y sirvió como un aliciente para que la chef se diera a la tarea de comenzar otro ambicioso proyecto, escribir y narrar la tradición de uno de los platos más emblemáticos de nuestra gastronomía: La verdad a través del mole. Un compendio de más de 300 páginas con diversas ilustraciones de ocho tipos de mole, desde el blanco, al que se le conoce como mole de novia por su color y sabor dulce, hasta el negro que se sirve a los deudos de personas fallecidas para que sus ingredientes y proceso de elaboración mitiguen el dolor por la ausencia del ser querido, obviamente se incluye el mole rosa, el verde a base de quelites, el tradicional mole de Xico, el coloradito, etcétera. El ejemplar muestra diferentes preparaciones para así combinar con una de las salsas más representativas y llenas de sabor de México.
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