Santiago de la Parra promueve una iniciativa que sensibiliza al ser humano a lograr cambios profundos por medio del encuentro con la naturaleza y las comunidades de Jalcomulco en Veracruz.
Por Cecilia Morales Andere
“Escalar es mucho más que únicamente subir la montaña. Va conectado a descubrir o aprender más sobre uno mismo”, afirma De la Parra.
En este camino de autoconocimiento, el alpinismo lo ha llevado a explorar increíbles rincones del mundo, como las grandes paredes de Yosemite, donde escaló el Capitán, un monolito granítico con una pared vertical de 914 metros y nuevas zonas de escalada en Valle de Bravo.
Santiago no solo disfruta las actividades en la naturaleza, sino que se ocupa de la conservación y de cuidar los lugares donde practica sus actividades favoritas. Desde 1993 lleva excursiones para descender en balsas el río Pescados, ahí fundó la aldea Picocanoa Rodavento, una experiencia divertida para miles de personas, al mismo tiempo que permite la exploración de la majestuosa selva de árboles ancestrales de mango y nacáxtle.
¿QUÉ ES AGUA DE MANGO?
Es una iniciativa que nació a raíz de un evento al que convocamos a cientos de personas y medios de todo el país para asistir a una carrera en balsa por el río Pescados, donde la primera parte del descenso se dedicó a recolectar basura y la segunda mitad fue una competencia en equipos en la que participaron –en diferentes categorías– expertos kayakistas y aficionados del deporte para hacer conciencia del impacto de la deforestación de la selva causado principalmente por el monocultivo del limón y la tala del árbol de parota.
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