Truvë nace de la creatividad de 3 emprendedoras mexicanas, con el objetivo de empoderar a la mujer y hacerla sentir bien con su renta de vestidos de diferentes diseños.
Tres socias, Marcela, Marimar y Karen quienes comparten la pasión por la moda y el estilo, pero sobre todo creen en el empoderamiento de la mujer y que puede realizarse en diferentes ámbitos, nunca dejando de lucir su sello personal, reflejando su autenticidad en todo lo que hace, son quienes están detrás de este emprendimiento.
Por Karen Huerta
Fotos Einar González
¿Cómo nació la idea de crear su propio emprendimiento?
M.B: La idea surge en verano 2017 y sabía que necesitaba complementarme con socias para llevar a cabo el proyecto, pero por un cambio de puesto lo dejé en pausa.
M.V: En diciembre 2019 fue que Marce me platicó la idea y me gustó. Empezamos a armar todo el plan estratégico y a poner manos a la obra. Llegó la pandemia y de nuevo se pausó. Durante ese tiempo nos embarazamos y también retrasó retomar los planes, nunca soltando la idea de querer hacer el proyecto. En agosto 2021, empezamos la búsqueda de una tercera socia, porque teníamos nuestros trabajos full-time y necesitábamos a otra persona que tuviera los mismos afines de nosotras hacia la visión estratégica, el emprendimiento y la moda para desarrollar el proyecto y echarlo a andar.
K.R: Así es como me uní al proyecto, en diciembre 2021 lo empezamos a desarrollar y construir poco a poco. Para principios de 2022 lanzamos la marca y ahora es una realidad teniendo ya nuestro showroom en la Roma Norte.
¿Qué les funcionó para lograr posicionar su emprendimiento dentro del mercado?
La verdad es que como marca buscamos tener las mejores propuestas para nuestras clientas con diseños diferentes a lo “normal” y vestidos de diseñadores mexicanos muy talentosos. Además, buscamos darle una experiencia al cliente sin igual, entendiendo qué es lo que necesita para poder asesorarla de forma integral y así siempre quiera regresar. Y por último, difundir una visión de la moda que fomenta el rehuso de la ropa y contribuye a un futuro sostenible porque el planeta realmente lo necesita.
¿Qué las impulsa como emprendedoras?
El impulso que nos ha motivado para seguir es el reto de saber que lo que nos propongamos lo podemos lograr. Que cuando crees en algo fielmente, trabajas constantemente en hacerlo realidad, y te enfocas en ello. También, hemos aprendido que el emprendimiento es un constante impulso de aprendizaje, porque lo que planeaste muchas veces no te va a funcionar y constantemente tienes que ajustar tus estrategias para adaptarte. Y al final es un aprendizaje muy completo que te sirve tanto para lo profesional como para lo personal. Y claro que nuestro impulso más grande son nuestras familias, porque rodearte de la gente que te apoya, te inspira y de aquellos que admiras es la clave principal para un emprendedor.
¿Qué fue lo más difícil de haber emprendido?
La parte más difícil de emprender fue empezar de cero en algo totalmente desconocido para las tres. Había partes estratégicas y financieras, quizás hasta de mercadotecnia, legales y contables en las que teníamos cierta experiencia, pero la realidad es que nadie te enseña a dar el primer paso y a saber por dónde empezar para formar un negocio estructurado y sólido. La realidad es que un negocio tarda en rendir frutos y al principio parecería que no, pero se debe ser pacientes y buscar esa automotivación siempre recordándote por qué decidiste hacerlo y por qué diste ese primer paso.
¿Qué consejo les darían a los próximos emprendedores?
M.B: Cuando planees tu inversión no olvides tu capital de trabajo que es el dinero que te ayuda a operar hasta que el negocio se sostenga por sí mismo. M.V: Se humilde para cambiar tus ideas, ya que no todo va a ir acorde a tu plan inicial, entonces aprende rápido las cosas nuevas y avanza. K.R: Rodéate de gente que admires, que te apoye, y que crea en ti porque lo que más necesitas es motivación para continuar. El primer paso de un emprendimiento es dándolo. Empieza con lo que puedas, como puedas, pero hazlo.