Por Diana Laura Sánchez
Roxana del Valle es una joven apasionada por los relatos que engloba la joyería. Con un gran amor por las gemas y las reliquias ancestrales creó su propio negocio: Ingrata Fortuna. Estudió diseño textil, cuenta con diplomados en gemología, y emprendimiento. Roxana busca trascender de generación en generación con mensajes de amor a través de sus piezas.
Las CARAS del emprendimiento
¿Qué es Ingrata Fortuna y cómo nació?
Ingrata Fortuna nació en el 2015, es un medio para la expresión ornamental que busca difundir mensajes de amor que trasciendan en el tiempo para que su peso emocional sea siempre su mayor valor. Es la fusión entre nuestra pasión por la profesión y nuestro anhelo de ir más allá crea, como resultado, productos invaluables. Nuestra mayor inspiración es el relato detrás de cada pieza. La estética y la curaduría de las piedras que manejamos son el toque central para que nuestras creaciones tengan vida propia.
¿Cuál es el objetivo principal de Ingrata Fortuna?
Trascender en el tiempo, más allá de nuestras vidas, ha sido una de las claves de supervivencia de la especie humana. Leyendas, dibujos, artefactos y construcciones son algunos de los legados que nos lo han permitido. Una de las capacidades más hermosas que tiene la joyería, ornamento humano por excelencia, es la de trascender. Es una de las formas más antiguas de decorar el cuerpo y lleva consigo la magia de poder perdurar más que una vida humana. Nuestro objetivo es buscar trascender a través de nuestras piezas de generación en generación.
¿Por qué decidiste llamar a tu marca Ingrata Fortuna?
El nombre de mi madre y abuela es Fortunata, desde que era niña mis recuerdos de cuando visitaba a mi familia en Jalisco se acompañan de mariachi, en específico la canción “El Carro del Sol”, que utiliza esta frase. Es en honor al linaje femenino tanto de mi familia como las figuras femeninas fuertes que nos guían en este camino llamado vida.
¿Qué ha sido lo más difícil de emprender en medio de la pandemia?
La falta de empatía, las prisas y expectativas imposibles de cumplir en un mundo que se detuvo.
¿Cómo decidiste emprender tu propia marca de joyería?
Siempre supe que quería hacer algo creativo, mis manos han sido mi medio de expresión. La joyería la descubrí a los 23 años, decidí emprender el día que la conocí. Pensé que sería algo mucho más sencillo, pero ha sido el camino más loco, enriquecedor, retador y difícil.
¿Qué es lo que más te gusta de tener tu propia marca?
Conocer gente nueva, es uno de mis más grandes motores. Mi parte favorita son las piedras, conocerlas, descubrirlas, sentirlas, escogerlas y luego compartir ese conocimiento con alguien nuevo.
¿En qué te inspiras para crear cada una de las piezas?
Nuestra mayor inspiración es el relato detrás de cada pieza. La estética y la curaduría de las piedras que manejamos son el toque central para que nuestras creaciones tengan vida propia.
¿De qué materiales está hecha tu joyería?
Oro, platino, plata y piedras preciosas.
¿Cuáles son las ventajas de adquirir piezas en Ingrata Fortuna?
Es joyería hecha con mucho amor, desde quien escoge la piedra hasta el montador, tenemos un compromiso absoluto con el resultado. No dejamos de trabajar hasta que cada cliente esté satisfecho con su compra y nuestra mayor satisfacción es verlos felices al recibirla. En términos de diseño, innovación y la curaduría de piedras no existe igual.
¿Cuál ha sido el reto más importante al que te has enfrentado con Ingrata Fortuna?
La pandemia, lograr encontrar materia prima con la mayoría del mercado completamente cerrado. Y formar un equipo capaz y comprometido, confiable y resiliente.
¿Cómo eliges los materiales, diseños y todo lo que necesitas para elaborar tus piezas?
Los elijo personalmente y con mucha paciencia, muchas veces voy buscando algo en específico y muchas otras dejo que el material me escoja a mí, dicen que las piedras te escogen y no al revés. Los diseños se van formando con cada proyecto, cada parte de las piezas tiene una intención.
¿Qué consejos les darías a las personas que quieren emprender en este momento?
Que lo piensen bien, que estén completamente seguros de que es lo que más les apasiona. Hay muchos mitos, la exigencia de emprender es 24/7, no hay vacaciones, la responsabilidad es tuya y a nadie nunca le importará tu proyecto tanto como a ti.
La salud mental y el cuidado personal tienen que volverse forzosamente un estilo de vida para un emprendedor, no podemos darnos el lujo de no estar bien en un tiempo prolongado.
Descansar, cuidarse y tener rutinas establecidas hacen más fácil el camino. Escojan un buen equipo y sean estrictos, aprendan a delegar. Lo más importante es estar conscientes que como bien decía Steve Jobs, “you are as good as your team”.
