A punto de cumplir 36 años, LeBron James es el MVP de las Finales más veterano desde Kareem Abdul-Jabbar y el único que ha logrado cuatro premios con tres equipos diferentes.
Rebosante de felicidad tras devolver la gloria a los Lakers e imponerse en la temporada más compleja de la historia de la NBA, LeBron James no se olvidó de mandar un mensaje a todos aquellos que le han subestimado: “quiero mi maldito respeto”.
A sus 35 años, ‘King James’ acaba de reinstaurar su reinado en la NBA. El alero conquistó su cuarto título en 10 finales, con un tercer equipo distinto y después de tres meses de aislamiento en Disney World, en un logro que reavivará comparaciones con el legendario Michael Jordan.
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“Solo queremos nuestro respeto”, dijo LeBron al recoger el premio al Jugador Más Valioso (MVP) de las Finales ante los Miami Heat.
“Rob (Pelinka, mánager) quiere su respeto, el entrenador (Frank) Vogel quiere su respeto, la organización quiere su respeto ... y yo quiero mi maldito respeto también”, subrayó entre los aplausos de sus compañeros.
LeBron suele recordar las dudas que rodearon su apuesta por fichar por los Lakers hace dos años y, hace solo unas semanas, lamentó los pocos votos recibidos en la votación al MVP de la temporada, que ganó por segundo año consecutivo Giannis Antetokounmpo (Milwaukee Bucks).
Aunque Anthony Davis fue una pieza imprescindible en el triunfo de los Lakers, existían pocas dudas de que LeBron recibiría el MVP de las Finales con sus promedios de 29,8 puntos, 11,8 rebotes y 8,5 asistencias en los seis partidos.
A punto de cumplir 36 años, James es el MVP de las Finales más veterano desde Kareem Abdul-Jabbar y el único que ha logrado cuatro premios con tres equipos diferentes, después de los ganados en los anillos de los Miami Heat (2012 y 2013) y Cleveland Cavaliers (2016).
Solo un jugador tiene más MVP de las Finales, Michael Jordan (6), el ídolo de Lebron a quien una vez describió como el “fantasma” al que ha perseguido durante toda su brillante carrera, desde que irrumpió en la NBA en 2003 como número uno del draft directamente elegido desde el instituto.
- El mayor reto de todos -
En siete temporadas en los Cleveland Cavaliers, a pocos kilómetros de su natal Akron, James se convirtió en una megaestrella de la liga pero solo pudo alcanzar una final en 2007, cuando fueron arrasados 4-0 por los San Antonio Spurs.
En busca de un entorno más competitivo, LeBron se mudó en 2011 a Florida para formar un “superequipo” en los Miami Heat junto a otras dos estrellas, Dwayne Wade y Chris Bosh.
El trío llegó a cuatro Finales consecutivas en las que sumó dos campeonatos (2012 y 2013). Aunque los Heat esperaban que el proyecto durara más tiempo, LeBron volvió a hacer las maletas y regresó a Cleveland con el objetivo de brindarle a su estado natal el primer campeonato de una liga profesional en su historia.
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En 2016 logró este objetivo con un espectacular triunfo en las Finales ante los Golden State Warriors, a quienes los Cavaliers remontaron una desventaja de 3-1 por primera vez en la historia.
Tras perder otras tres finales en Cleveland, LeBron decidió mudarse por primera vez a la Conferencia Oeste, donde muchos creían que no podría ejercer un dominio tan poderoso como en el debilitado Este.
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James optó por unirse a los Lakers, una de las franquicias más icónicas de la NBA pero que llevaba casi una década sin ganar un título y vivía horas muy bajas.
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En Los Ángeles, LeBron sabía que tendría nuevos retos pero nunca imaginó lo que le esperaba a la franquicia esta temporada, primero con la muerte de Kobe Bryant en un accidente de helicóptero en enero y luego con la pandemia de coronavirus que obligó a que los playoffs se disputaran en la sede “burbuja” de Disney World.
Alejado durante tres meses de su esposa y sus tres hijos, incluido el mayor Bronny, estrella de instituto, LeBron fue capaz de liderar al equipo al título en un entorno de alta presión y siendo uno de los líderes más visibles de las protestas de la NBA contra la violencia racial en Estados Unidos.
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Quizás por esas condicionantes, Lebron calificó el domingo su título con los Lakers como “uno de los mayores logros” que ha tenido.
En los últimos meses también ha impulsado una campaña para promover una mayor participación electoral en comunidades humildes afroestadounidenses, de cara a las presidenciales de noviembre.
“Nunca hubo incertidumbre porque estaba LeBron James. Siempre creí en él”, dijo el domingo su técnico, Frank Vogel.
“He visto como tomaba un grupo que el año pasado no fue a playoffs, un plantel terminado a última hora y liderarnos a la tierra prometida”, afirmó. “Es el mejor jugador que el universo del básquetbol ha visto nunca”.