Comparten la admiración por el trabajo artesanal mexicano e impulsan el diseño colaborativo con piezas tradicionales a las que le imprimen un twist contemporáneo.
Por Cecilia Morales Andere Fotos Cortesía
Desde hace 10 años, Maggie Galton y María Eladia unieron su talento, gusto por la decoración y experiencias para crear una compañía que se dedica al arte tradicional mexicano, con una gran aceptación, tanto en México como en el extranjero. Dos años más tarde, inauguraron su primera boutique bajo el nombre de Onora Casa.
La experiencia de Maggie Galton en diversas fundaciones que trabajan directamente con artesanos mexicanos fue clave para que ella notara la importancia de preservar las técnicas de tradición mexicana y de paso ayudar a los artesanos a comercializar sus productos con un enfoque que se adecua al mercado de hoy. De esta forma, se proporciona a las comunidades hilos de mejor calidad, asesoría en colores y sensibilización con los clientes sobre los procesos que conlleva la creación de las piezas artesanales, resaltando la trascendencia de continuar la historia que cada una tiene de manera intrínseca. “Es ir más allá de tener una tienda con cosas lindas contemporáneas, es transmitir todo el bagaje cultural, histórico y social de esas piezas”, afirma Maggie.
Por su parte, María Eladia es diseñadora, reside en Los Ángeles, California, y una constante en su vida ha sido la inquietud por mostrar lo mejor de México al mundo. “Me topé con la falta de piezas dignas para regalar, que representaran la cultura de mi país. El conocer a Maggie y su relación con los artesanos fue muy bueno; juntas entramos al extranjero con Onora Studio para enfocarnos más en la industria de la hospitalidad”, comenta María. Para Maggie y María, el hecho de que algunos de sus clientes se lleven a casa artesanías con técnicas ancestrales es un importante motor, ya que es la forma de contar las historias y compartir la información que hay detrás de cada pieza. Por medio de las relaciones de confianza y de largo plazo que forman con las comunidades indígenas, han logrado trabajar con ellas y evolucionar en la transformación de los diseños.
¿Con cuántas comunidades trabajan actualmente?
Son aproximadamente cien comunidades con las que tenemos diversas colaboraciones en las que varias industrias y personalidades se han sumado para apoyar. Entre ellas se encuentra la de Xalitla, Guerrero. Pablo Martínez, artesano de la región y experto en el trabajo del papel amate, ilustró los diferentes procesos de la cosecha del agave y la producción del tequila para elaborar una tapa pintada a mano para tequila Dobel.
¿Cómo fue el acercamiento con Juan Domingo Beckmann?
Él nos llamó porque el año pasado le regalaron unos tequileros fabricados en la alfarería de Xochicalco ‒mismos que diseñamos‒ y le habían gustado mucho. Su interés era realizar una edición especial de 750 piezas de botellas en la que se resaltara el proceso artesanal de un tequila ‒con una historia de 11 generaciones‒ en participación con artistas mexicanos.
¿Qué otras colaboraciones de arte mexicano tienen?
Tenemos la suerte de colaborar con arquitectos de alto prestigio, como Javier Sordo Madaleno, Ofelia Uribe y Erica Kareyer, y con muchos interioristas que entienden los procesos artesanales. Nosotras somos la conexión entre las casas y las grandes firmas hoteleras de lujo a las que les entregamos, en su mayoría, textiles que se fabrican con telar de cintura o de pedal.
¿Tienen intercambios culturales de arte?
¡Claro! Ahora estamos trabajando en el diseño de una ofrenda para el Museo Mexicano de Chicago; también participamos en la exposición “Modernidad hecha a mano”, por Ana Elena Mallet, y es así como penetramos y somos parte del diálogo del diseño y el arte en México. Descubre el artículo con Maggie Galton y María Eladia en la edición impresa CARAS OCTUBRE y un adelanto en este link.