Marié Thérèse Hermand de Arango, desde su llegada a México a los 17 años se interesó en el trabajo de nuestros artesanos, los impulsó y logró posicionar la artesanía de nuestro país en las más altas esferas de la sociedad y el mundo. En 1999 consolida el Patronato AmigosMAP y en 2006 funda el Museo de Arte Popular, actualmente el recinto es un referente indiscutible de estas manifestaciones artísticas.
Por Cecilia Morales Andere
Fotos Einar González
Marié Thérèse Hermand de Arango - la patrona de los artesanos mexicanos
Basta poner un pie en el precioso edificio de estilo art déco, para ser testigos de su vasta iluminación proveniente de grandes muros blancos y del domo que cubre el patio central del que cuelgan diversos papalotes, fabricados en papel de china en llamativos colores, y figuras que resguardan alebrijes de gran tamaño. Sus tres plantas se encuentran repletas de las piezas en exhibición que, por sí solas, cuentan historias y tradiciones de comunidades indígenas.
“Yo venía de Egipto, un país rico en artesanía, pero no tanto como México. En aquel tiempo (1966), había mucha gente en la calle con trabajos no tan profesionales, poco a poco, y de una manera entrelazada descubrí el país que sería mi casa. Me enamoré de sus tradiciones, forma de vida, comunidades y artesanías. El arte popular era de poco interés para los mexicanos, unas cuantas familias de abolengo tenían colecciones de joyas, textiles y cerámica”, afirma Marié Thérèse Hermand de Arango. Así, una de las tareas más puntuales del Museo de Arte Popular ‒desde su creación‒ es dar a conocer el minucioso y bello trabajo de los artesanos. Te puede interesar: MARÍA HANNEMAN: LA JOVEN PROMESA DE LA ESCENA MUSICAL DEL PAÍS
ENTRE VIAJES Y OBRAS DE ARTE
Marié Thérèse se casó con Manuel Arango, talentoso empresario y filántropo –quien apoya a su esposa de manera incondicional–. Ella, una joven con deseos de conocer a México, sus culturas y tradiciones, comenzó a viajar por los estados de la república. Las costumbres, gastronomía y, sobre todo, el arte y técnica de elaborar objetos que se producen a mano o con aparatos sencillos, logró cautivarla. Conforme Marié Thérèse visitaba a las diferentes comunidades descubría que sus miembros poseen una infinidad de talentos requeridos para elaborar objetos artesanales, que por la dedicación, destreza y ensamble son considerados unas joyas. “Para los artesanos, sus creaciones son un oficio que heredaron. Debemos remontarnos al siglo XV, incluso a la época precolombina para comprender que, los ‘diseños’ que se plasman en manteles, vasijas y artículos de decoración popular son narrativas de la vida de cada región”, comenta Marié Thérèse.
México es un país muy rico en cultura y artesanías, por lo que es importante dividirla en zonas. “Probablemente, es el norte en donde menos menestralías encontramos. Al principio me enamoré de Oaxaca por su diversidad, disponen de textiles, vidrio y barro negro, entre muchos otros; sin embargo, Michoacán es un estado que, actualmente, es más auténtico, trabajan las clásicas catrinas, manejan la hoja de oro como en pocos lugares del mundo, la cerámica es extraordinaria y en los estados del sur, también hay mucha variedad”, afirma Hermand.
EL SUEÑO HECHO REALIDAD
Durante el gobierno de Luis Echeverría se fundaron las tiendas del Fonart, bajo la dirección del señor Tonatiuh Gutiérrez, amigo de Manuel Arango, quien le presentó a María Teresa Pomar, la mujer que le ayudó a Hermand a conocer y diferenciar la verdadera artesanía. El señor Gutiérrez albergaba en su casa unas reuniones semanales en las que se encontraban miembros del entonces Populart, entre ellos, María Esther Echeverría, Alfonso Soto Soria y Marta Turok, entre otros. La idea era la creación de un museo de arte popular, sin embargo, no se concretó nada en esas tertulias. “Fue hasta que me habló Rafael Tovar, entonces presidente de Conaculta, para invitarme a formar un patronato con la finalidad de ayudar a las comunidades indígenas. Junto a José Iturriaga y después de muchas pláticas le dimos formalidad ante notario. Mi esposo, que ha cuidado y mantenido su honestidad y reputación al máximo, me dijo que me apoyaba, pero que no quería oír de un solo peso mal gastado. Desde el principio la institución se rige con auditorías, notarios, abogados, contadores, etcétera”
“Mi sueño es consolidar a un grupo de gente joven y comprometida que se identifique con la hermosa artesanía mexicana, para preservar el trabajo de los artesanos, con salarios justos y dignos, así como alimentar los conocimientos de las futuras generaciones posicionando las exposiciones y el nombre de México en distintos museos del mundo”. La confianza, un motor para los artesanos El presentarse en las comunidades e interesarse por sus trabajos era algo poco común, Marié Thérèse realizó varias visitas –junto a su tocaya María Teresa Pomar– para profundizar en su conocimiento y discernimiento de la buena artesanía, así visitó comunidades indígenas y se ganó la confianza de los maestros artesanos.
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