En una sesión de fotos exclusiva para CARAS México, Nuria Diosdado y Joana Jiménez posan desde las profundidades del agua.
En una sesión de fotos exclusiva para CARAS México, Nuria Diosdado y Joana Jiménez posan desde las profundidades del agua.
El anhelo de cualquier atleta de alto rendimiento es convertirse en olímpico. Este mes Nuria Diosdado estaría rumbo a sus terceros Juegos Olímpicos en el deporte de nado artístico. El sueño de competir sigue en pie, pero con algunas modificaciones. Aunque en un inicio fue difícil asimilar el aplazamiento de Tokio 2020, la tapatía tomó la noticia de que los Olímpicos fueron postergados un año, con mucha serenidad. “Es primordial tratar de ver las cosas positivas ante tanta negatividad. Me sentía lista para competir este año; pero sé que es más importante darle pie a la salud y que todos estemos bien. De nada sirve ver lo negativo, no hay nada que podamos cambiar”, nos platica la capitana del equipo de nado artístico.
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La experiencia de Nuria Diosdado y la fuerza de Joana Jiménez se combinaron para que las atletas obtuvieran su pase a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020; pero la vida les tenía otros planes. Su sueño está en pausa aunque su preparación no se detiene. Este mes Nuria Diosdado estaría en sus terceros Juegos Olímpicos en el deporte de nado artístico. El sueño de competir sigue en pie, pero con algunas modificaciones. Aunque en un inicio fue difícil asimilar el aplazamiento de Tokio 2020, la tapatía tomó la noticia de que los Olímpicos fueron postergados un año, con mucha serenidad. “Es primordial tratar de ver las cosas positivas ante tanta negatividad. Me sentía lista para competir este año; pero sé que es más importante darle pie a la salud y que todos estemos bien. De nada sirve ver lo negativo, no hay nada que podamos cambiar”,platicó la capitana del equipo de nado artístico a CARAS México. Después de esta competencia, Diosdado considera el retiro, ya que a sus 29 años, ha participado en dos Olimpiadas. “Claro que mi cuerpo me pide descanso, cada día me duele más el entrenamiento, pero eso es lo bonito de ser un deportista de alto rendimiento; darte cuenta de que puedes dar un poquito más de lo que esperas y es increíble. La motivación viene de ver todos los sacrificios que he hecho por mi deporte y que han valido la pena. Son más los momentos que he estado arriba que los de abajo”, agrega Nuria, quien se mudó a la Ciudad de México a los 15 años para cumplir este sueño. Mientras que en la casa de Joana Jiménez, la incertidumbre habitaba en su cabeza hace unos meses, sin saber si asistiría a sus primeros Juegos Olímpicos este año. La atleta se levantó la mañana del 24 de marzo con la noticia de que su ilusión tendría que esperar por la llegada del Covid-19 al mundo. “Cuando me avisaron que Tokio se aplazaba, fue un shock, porque te rompen un ritmo de trabajo y algo que tenía establecido en la mente. Saber que viví esto fue muy fuerte, mi cabeza empezó a volar. Hablé con mi mamá y me ayudó a pensar en frío y entendí que es la decisión más responsable tanto para los atletas, como para el resto de la gente que va a asistir; familiares, entrenadores, ejecutivos, etcétera”, nos confiesa Joana. “Desgraciadamente muchas personas solo ven los triunfos o derrotas, pero no se ve lo que hay detrás: cuánto sufriste, si te lesionaste o si tuviste alguna pérdida familiar y está padre que conozcan que nosotros los atletas sacrificamos muchas cosas”, expresó Joana.