Por Cecilia Morales Andere
Aromaria nace como un proyecto en el que Paty Nikaido deposita todos sus sueños e ilusiones.
Paty Nikaido, después de estudiar una maestría en Filosofía y Letras, y como proyecto de tesis, presenta una novela, cuyo tema central era una niña que, a pesar de no poder ver, el sentido del olfato lo tenía ampliamente desarrollado. Esta hiperosmia le daba tranquilidad cuando estaba cerca de aromas que le recordaban a familiares y también podía ubicar distintos lugares por el olor de los campos y calles. Con el afán de documentar su trabajo universitario, Nikaido viaja a Grasse, Francia –la cuna de los más fabulosos ateliers en cuestión–, ahí es donde comienza un camino fascinante.
“Durante muchos años iba todos los veranos con mi familia, tocaba puertas y los propietarios de los talleres no me pelaban, no me creían, hasta que, mientras tomaba un café en un pequeño local, uno de los perfumistas con mayor prestigio se acercó a mí y me invitó a conocer el lugar en donde realizaba sus creaciones”, afirma Paty. Los dos platicaron por horas y la emprendedora le explicó su proyecto, una iniciativa que por medio de aromas personalizados pudieran comunicar la identidad de los lugares: hoteles, spas, restaurantes y hogares. Aromaria es una firma de lujo que, a través de fragancias, se presentan artículos de alta gama –como velas de ceras naturales, elegantes aceites en forma de sprays y perfume sticks de 1.20 metros con pétalos de flores y hojas deshidratadas para el exterior. Disfruta del artículo completo en la edición impresa y digital CARAS MAYO