Testigo de momentos históricos, ha presenciado guerras, visto a la muerte de frente y continúa ejerciendo el periodismo con gran pasión. Hoy se encuentra en una nueva etapa, adaptándose a los tiempos actuales y reportando desde la cama, CARAS platicó con Alberto Peláez.
Por María del Mar Barrientos
Fotos Israel Hernández y cortesía
Iniciamos la conversación con Alberto Peláez recordando sus inicios e inevitablemente a su padre, quien fue pieza fundamental en su vida y el mejor papá del mundo según nos cuenta, además de cómo Jacobo Zabludovsky llegó para cambiar la vida periodística de padre e hijo.
“Yo nací entre micrófonos, cámaras, máquinas de escribir Olivetti y máquinas de fotos. Era una cosa muy normal en casa. Era algo muy particular porque aquella España de los años 60 era en blanco y negro, muy gris, en donde si pensabas de manera distinta que el dictador, pues te metían a la cárcel, pero en mi casa, mi padre fue un hombre muy libre pensador, Joaquín Peláez, y él nos enseñó desde muy niños lecturas que nos hicieron ver un poco más allá de aquella España. Mi padre viajó mucho, era periodista y abogado, entonces tenía un programa de radio que se llamaba Los niños de la operación plus ultra, escogían a 16 chicos de diferentes comunidades españolas, les daban una beca y les regalaban un viaje. Para nosotros fue una apertura de saber que hay algo más afuera. Mi padre fue con Los niños de la operación plus ultra a México, y entonces Jacobo Zabludovsky lo entrevista en un programa y se hacen muy amigos. En el año 1971, Jacobo llama a mi papá y le pregunta que si quiere ser corresponsal de un noticiero que se llamaba 24 horas. Así empezó a colaborar con el canal y se enamoró de México”.
México es la nación que le abrió las puertas profesionalmente, pero eso no es lo único que une a Peláez a nuestro país, pues fue con una mexicana con quien decidió formar una familia, fruto de ese matrimonio nacieron Joaquín y Constanza, que ahora son adultos, y aunque se siente orgulloso de ser español, se confiesa enamorado de nuestro país y sobre todo muy agradecido. Tras pasar una temporada en París, fue el consejo de su padre que lo llevó a México nuevamente, J. Zabludovsky le daba la oportunidad a una nueva generación, y esta vez Alberto, quien llegó a México en el año 85, fue como se formó al lado del icónico comunicador. Ahí aprendió de otros periodistas como Ricardo Ochoa, Guillermo Ortega, Rita Ganem, Raúl René Trujillo, Fernando Alcalá y creció junto a otros compañeros quienes, al igual que él, iniciaban su carrera, como Anselmo Alonso y Adela Micha; fue en la redacción del noticiero 24 horas donde conoció grandes amigos, entre ellos, Heriberto Murrieta, después llegó a ECO y el resto es historia.
Y entonces la carrera de Alberto en el periodismo tomó rumbo, ha tenido frente a él a personajes de toda índole, es un excelente conversador y recuerda sus encuentros con los primeros mandatarios. Pero ¿qué personaje le ha causado más impresión entrevistar? “La figura de Yasir Arafat me cautivó”. Algo que marcó la vida personal y profesional de Alberto Peláez fue la guerra, su labor como corresponsal lo llevó a documentar 20 de ellas, donde lo que vivió en cada una le influyó. Es inevitable sentarte a charlar ‒con quizá el corresponsal de guerra más destacado de nuestro país‒ sin preguntarle por sus vivencias y, sobre todo, por lo que es sentir de cerca a la muerte, escuchar sus experiencias sobre los conflictos bélicos en países lejanos, donde se sufre, donde el contar historias se convierte en un deber muy doloroso; orgulloso de su labor y de su contribución periodística, también reflexiona sobre lo que aprendió: “La guerra te enseña a ser una mejor persona, a tener un conocimiento más global de las cosas y a poder conocer mejor al ser humano y tener empatía”. Igualmente, vivió episodios donde vio a la muerte cara a cara. Momentos de gran adrenalina lejos de los suyos, el periodista asegura que su esposa jamás le pidió dejara de ser corresponsal, al contrario, lo impulsaba a continuar con su trabajo, como lo sigue haciendo hasta hoy.
Nueva etapa...
Alberto Peláez cerró un capítulo como corresponsal y se suma a una gran lista de líderes de opinión que apuestan por nuevas plataformas, tales como YouTube.
En la cama es un programa de entrevistas ‒ desde la comodidad de la casa de algún famoso y específicamente en la cama‒ de manera amena y como nunca habíamos visto. “No es fácil renovarse, pero aquí no cabe más que la reinvención. La necesidad es lo que hace que te renueves, entonces a Mónica mi esposa se le ocurre abrir un canal de YouTube, y lo alimentamos con video podcast de la antigua Yugoslavia, de Ucrania, etc. Y Mónica me dijo, ‘por qué no haces entrevistas y que sean distintas. Se va a llamar En la cama con… porque vas a entrevistar a personalidades en su casa. Yo me reí porque no creí que me dejaran entrar a su cama, puesto que es muy importante, pues en la alcoba tú descansas, haces el amor; a la almohada le cuentas tus secretos inconfesables, en la cama tomas decisiones importantes, cuando estás en paz duermes, cuando no lo estás no duermes”. Renovarse no fue fácil, pero a sus 58 años y sintiéndose formidable apuesta por un cambio de mentalidad en su nueva etapa.
Descubre la entrevista en la edición impresa CARAS MAYO 2022