Jeff Bezos, el fundador de Amazon y Blue Origin, tomó la decisión de respaldar la construcción de un reloj diseñado para funcionar durante 10,000 años. Este proyecto, conocido como el “Reloj de los 10,000 años”, no solo es una pieza de ingeniería impresionante, sino que también plantea la interrogante de los motivos detrás de su construcción.
La idea detrás de este reloj monumental no es simplemente contar el tiempo de manera convencional, sino, de acuerdo con su página oficial, busca inspirar una reflexión más profunda sobre la duración y la sostenibilidad a largo plazo.
Jeff Bezos y su equipo concibieron este proyecto para transmitir un mensaje sobre la importancia de pensar en el futuro y la necesidad de abordar los desafíos globales con una perspectiva generacional, haciendo hincapié en que se debe pensar a largo plazo.
Cómo funciona el reloj de los 10.000 años
El reloj está diseñado para resistir el paso del tiempo y funcionar durante milenios y está ubicado en una cámara subterránea en la montaña de Sierra Diablo en Texas. Su construcción involucró una meticulosa planificación y la aplicación de tecnologías avanzadas para garantizar su durabilidad y precisión a lo largo de los siglos.
El mecanismo del reloj se basa en principios mecánicos y térmicos para mantener su precisión a lo largo de los milenios. Está impulsado por energía térmica y cuenta con una serie de engranajes y pesos que compensan la pérdida de energía debido a la fricción. Este diseño, combinado con materiales resistentes a la corrosión y la degradación, garantiza que el reloj pueda resistir los desafíos ambientales a lo largo del tiempo.
La construcción del Reloj de los 10,000 años no solo refleja la visión de Jeff Bezos sobre la importancia de la reflexión a largo plazo, sino que también destaca su interés en proyectos que desafían los límites de la ingeniería y la tecnología.
Este reloj no solo marca el tiempo, sino que también simboliza la capacidad humana para concebir y construir algo que trascienda las generaciones y sirva como un recordatorio tangible de la necesidad de pensar en el futuro de nuestra civilización.