En 1957, México lloraba la pérdida de uno de sus íconos culturales más queridos, Pedro Infante, el inolvidable "Ídolo de Guamúchil”. Sin embargo, la muerte del legendario cantante y actor no solo dejó un vacío en el corazón de sus fanáticos, sino que también desató una serie de eventos legales y disputas en torno a su herencia.
Pedro Infante, conocido por su carisma en el escenario y su contribución a la música ranchera y al cine mexicano, no dejó un testamento oficial, lo que provocó tensiones entre sus herederos. En los años posteriores al fallecimiento del actor, los familiares de Infante se vieron en litigios para determinar el destino de la herencia.
Se comenta que la estrella no dejó un testamento debido a una recomendación de su entonces representante, Antonio Matouk, mientras que, los derechos de autor de sus canciones y películas, junto con otros activos, se convirtieron en el epicentro de complejas negociaciones.
El legado de Infante entre disputas legales
Matouk, a pesar de ser el representante legal de Infante, se le cuestionó su relación con Infante después de la muerte del artista. Surgieron especulaciones acerca de si Matouk se había apropiado indebidamente de su fortuna, dando lugar a disputas legales.
La conexión entre Pedro Infante y Antonio Matouk, el reconocido productor de cine mexicano, se remonta a un momento que cambiaría el rumbo de ambos. El encuentro se dio cuando Infante, en busca de un automóvil Cadillac, se encontró con el vehículo deseado pero carecía de los recursos para adquirirlo y fue entonces cuando Matouk propuso un trato. La propuesta de Matouk era que él le daría a Pedro Infante el Cadillac que tanto quería a cambio de que este lo dejara ser su representante.
La necesidad de Infante por el automóvil y la visión de Matouk para impulsar la carrera del “héroe de Guamúchil” sellaron un pacto que daría forma a Producciones Matouk S.A., la casa productora bajo la cual realizaron varias películas icónicas como Los Gavilanes, El Inocente y Pablo y Carolina. La colaboración también se extendió a Producciones Zacarías en coproducciones como Escuela de música y Ahí viene Martín Corona.
Aunque Matouk logró refutar las acusaciones, los descendientes de Pedro Infante emprendieron una batalla legal en busca de reclamar la herencia del ícono mexicano
Al momento de la muerte de Infante, sus propiedades y bienes quedaron sin resguardo, y no fue hasta días después que debían hacerse cargo de ellos. De acuerdo con medios, sus propios sobrinos allanaron una propiedad que tenía el cantante en Cuajimalpa para así evitar que la expareja de Infante se quedara con la herencia.
Si bien es incierto qué sucedió exactamente con la herencia de Pedro Infante, se sabe que ha estado en medio de negociaciones y litigios, de manera que sus herederos se han encargado del legado del ícono mexicano.