El deportista mexicano Iván García nos abrió su corazón y nos contó en exclusiva qué es lo que más le gusta de ser padre y sobre su preparación hacia los Juegos Olímpicos en Tokio 2020 El esposo de Paola Espinosa obtuvo la medalla de plata junto con Germán Sánchez en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y ahora quiere colgarse otra medalla en el 2020, ¿lo logrará?
-¿Cuál ha sido tu mayor éxito?
-Deportivamente hablando he tenido varios éxitos, pero por importancia la medalla de plata que gané en los Juegos Olímpicos en Londres, soy de los pocos deportistas que tienen una medalla por cada competencia en la que ha participado.
-Dejando un poco lo profesional y hablando de tu vida personal
-Obviamente mi familia, yo siempre soñé con tener una familia, con ser papá, tengo una hija maravillosa y una esposa increíble con la que me he complementado bien, es lo que siempre soñé y ahora que lo tengo darle gracias a Dios. Mi familia me motiva porque tengo por quienes luchar, hacer mejor las cosas. Llegar a casa después de un entrenamiento muy pesado y ver que me están esperando con una sonrisa me llena bastante.
-¿Cómo ha sido tu papel como papá?
-Mi papel como papá ha sido muy bonito, pero también muy complicado porque imagínate, ser papá y deportista a la vez es trabajo doble, ver a tu hija crecer es algo muy lindo, estoy aprendiendo cosas nuevas con la paternidad y lo estoy disfrutando mucho. Me gusta que mi niña sea muy inteligente y atlética, cuando la llevamos al gym trata de imitarnos, ver como va creciendo es algo que no tiene precio.
-¿A quién se parece más, a ti o a su mamá?
-Creo que se parece más a mi, si tiene cosas de los dos, pero los ojos, pestañas y cejas son igualitas a mí.
-¿Qué tan fácil o difícil ha sido ser clavadista y ser papá al mismo tiempo?
-Es fácil porque te motiva, es una motivación extra que antes no tenía, ganar unos Juego Olímpicos y que tu hija esté ahí es algo que quieres que se cumpla y hace que te sigas superando para que se logre, lo más complicado es el sentimiento que te da cuando sales de casa y la dejas y más cuando se quiere ir contigo y no puedes llevártela o solo verla una o dos horas al día, pero todo vale la pena, son experiencias que tenemos que vivir, pero sé que todo valdrá la pena cuando ella esté presente en una competencia y vea todo lo que hago.
-Sobre tu esposa, Paola Espinosa, ¿qué es lo que más te gusta de ella?
-Todo me gusta de ella. Es una persona que a pesar de haber ya ganado todo deportivamente hablando sigue teniendo sueños por ser mejor, por mejorar. Es una gran mujer, una gran compañera, que siempre me ayuda y me está motivando, ella entiende completamente cuál es mi papel en la familia y en el deporte. Es una persona que tiene un corazón enorme.
-¿Cómo te preparas para los Juegos Olímpicos en Tokio 2020?
-Te cuento que ha sido una preparación muy larga, ya que desde los Juegos Olímpicos de 2016 dejé de competir porque tuve dos operaciones en la rodilla, eso quiere decir que tengo dos años sin prepararme para las competencias. Me costó mucho trabajo en lo físico, pero hoy me siento mejor, estoy en mi peso ideal. “Entreno de 8 a 9 horas al día aproximadamente para recuperar los dos años que estuve inactivo. Me voy a reencontrar con las competencias a nivel internacional para empezar a clasificar y tener mi pase a los Juegos Olímpicos en Tokio”.
-¿Te sientes listo para ganar en esta gran competencia?
-El año pasado fue importante porque regresé a las competencias después de mis operaciones y los Juegos Centroamericanos los pude hacer de manera excepcional, obtuve dos medallas de oro y eso me deja más tranquilo porque sé que estoy trabajando bien porque mi nivel va creciendo poco a poco, pero también estoy consciente qué es lo que me hace falta para cumplir mi sueño de ganar una segunda o tercera medalla olímpica, pero estoy en el proceso.
-Hablando un poco sobre tu accidente, ¿cuál era el miedo más grande que llegó en ese momento?
-Llevo tres operaciones, pero la segunda que fue en el 2016, estaba muy emocionado porque pensé que iba a poder hacer lo que más me gusta que es hacer clavados, pero no fue así, me recuperé hasta los 7 meses, cuando empecé hacer entrenamiento. Me di cuenta que esa no era la operación que necesitaba y tuve que volverme a operar, fue ahí cuando me dijeron los doctores que posiblemente ya no iba a poder brincar por tanta lesión que tenía, ese era mi miedo, no hacer clavados, pero gracias a Dios, a toda mi familia y a mi equipo de trabajo pude rehabilitarme al cien por ciento y hoy estoy de vuelta.
Por Paola Juárez @paolalyy
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