Desde el estado de Hidalgo, entrevistamos a Stefania Uribe Curn, la mujer ganadera que incursiona en el mundo del rejoneo y la doma clásica de caballos.
Por Cecilia Morales Andere
Fotos: Christopher Armenta
¿QUÉ ES PARA TI EL REJONEO?
Es un arte mágico donde jinete y caballo hacen un binomio perfecto para crear una obra maestra con la lidia de un toro. Con toda conciencia lo vivo para preservar la tradición de mi familia y demostrarle a la mujer mexicana que, con perseverancia y disciplina, podemos conquistar sueños, corazones y escribir páginas de oro en la historia de nuestro querido México.
¿QUÉ ES LO QUE MÁS TE LLAMÓ LA ATENCIÓN DE LOS CABALLOS?
Me encanta la seguridad que me brindan. Son animales que, para mí, representan poder, libertad, compañía y bondad. Cuando estoy sobre un caballo me siento más viva y fuerte que nunca, feliz.
¿RECUERDAS TU PRIMERA CABALGATA?
Sí, cuando tenía 10 años cabalgamos de la hacienda de mi abuelo, don Saúl Uribe (Ocotepec), a la de mi papá (Cuautlatilpan), fue un trayecto de aproximadamente cinco horas. Con mis tíos y primos cantábamos y platicábamos anécdotas familiares, siempre será un bonito recuerdo.
¿EN QUÉ MOMENTO Y CUÁNTOS AÑOS TENÍAS CUANDO EMPEZASTE A REJONEAR?
Mi papá compró sus primeras vacas bravas en 2005 y desde el primer día que llegaron entraba con mis caballos a los potreros. Afortunadamente, siempre logramos salir en blanco en esas faenas camperas. Fue hasta el 2020 cuando me propuse perseguir una carrera como aficionada en el mundo del rejoneo, exclusivamente para eventos de altruismo.
¿QUIÉN TE ENSEÑÓ A REJONEAR?
He tenido la fortuna de contar con la confianza de grandes maestros matadores de toros, como mi tío Paco Barona, el maestro Pablo Hermoso de Mendoza y la principal escuela de adiestramiento me la dio mi padre.
¿QUÉ SENTISTE LA PRIMERA VEZ QUE BAILASTE UN CABALLO?
¿QUÉ ES LO QUE MÁS TE GUSTA DEL REJONEO?
Me encanta ese binomio que se hace entre jinete y caballo para lograr una obra de arte con la lidia de un toro, celebrar con orgullo y dignidad el ritual de bravura de estos hermosos animales.
¿CÓMO FUE TU PRIMERA TIENTA?
Fue extraordinaria y espontánea, en una tienta de vacas, yo estaba cerca con mi caballo cuarto de milla, y sin preguntar, pedí que me abrieran la puerta del ruedo, así entré a darme un par de quites. Fueron un tanto de principiante, pero ahí me envenené de esto. Descubre el artículo completo en la edición impresa CARAS MARZO