En una entrevista realizada en mayo de 2011 para la revista Harper’s Bazaar, mencionaban que “hablar de Bárbara Berger, implica apelar a un mundo de fantasía, que en la actualidad, estamos lejos de concebir y siquiera imaginar”.
Amante del arte, la moda, la fantasía y de la vida misma, todo aquel que tuvo el privilegio de conocer a Bárbara, al hablar de ella se le ilumina la mirada y muestra una gran sonrisa. No obstante, su mundo de fantasía no rechazaba la realidad del día a día, simplemente podríamos asegurar que Bárbara elegía ver el lado más lindo del mundo en el que vivía. “Una maravilla de persona”, “Íntima amiga de los grandes exponentes de la cultura y la moda”, “Referente de estilo y del buen coleccionismo”, son algunas de las cualidades que la gente destaca al hablar de ella.
Retomando aquel reportaje realizado hace más de una década por parte del equipo editorial de Harper’s Bazaar, mencionaban lo espectacular que había sido entrar a su hogar. “Saturación de los sentidos”, se lee entre los párrafos que narran la experiencia, dado que pudieron ser testigos de sus impresionantes colecciones de joyería y ropa, entre la que se encontraban un sinfín de diseños de Dior, Galliano, Dolce & Gabbana, Nina Ricci, Balmain, Missoni, Chanel, Valentino, Yves Saint Laurent y muchos más.
No obstante y aún con la vida bonita y muy elegante que vivía, Bárbara aseguraba que “la vida debe tener un poco de todo, pues si solo tienes la parte elegante, debe ser la vida más aburrida de todas”, ello quedó demostrado al compartir el lado más simple y divertido de la vida, a través del cual se permitió disfrutar de cada momento. Hija de un joyero y esposa del también joyero Mauricio Berger, Bárbara conoció y aprendió del negocio a la perfección, sin embargo, y aunque aseguraba que la joyería era su vida, lo cierto era que los diamantes más caros ni los brillantes más impresionantes fueron su fascinación, como lo fue la joyería de fantasía, aquella que hasta hace unos años no era del todo bien vista y que ella supo darle la vuelta y hacer de un gusto sencillo, su estilo de vida. “Empecé mi colección cuando tenía 13 años. Recuerdo que desde siempre me gustó viajar y en cada lugar terminaba buscando joyería de fantasía en los mercados de pulgas”, contó en una ocasión. Es por ello quizá que no nos sorprende el saber que, hasta hace unos años, su colección constaba de más de 4 mil piezas de fantasía.
Su partida en enero de 2024, a los 82 años de edad, deja un gran vacío para sus familiares, amigos y todos aquellos que tuvieron la fortuna de conocerla y convivirla, sin embargo, elegimos pensar que, donde sea que se encuentre, seguirá gozando de aquel mundo de fantasía que imaginó y consolidó durante su vida.