Por Bang Showbiz @CARASmexico
La boda de la princesa Beatriz de York con Edoardo Mapelli se está viendo empañada por la implicación de su padre, el príncipe Andrés, en el caso Epstein y su reciente retirada de la vida pública, lo que implica que no seguirá participando en actos oficiales ni realizando labores de representación en nombre de su madre, la reina Isabel II, y tampoco percibirá un salario de las arcas del estado. Por el momento, todo apunta a que la nieta de la soberana tendrá que ‘conformarse’ con una fiesta de compromiso bastante más discreta que las se organizaron en su momento para sus otros primos ‘royals’, en vista de que la fecha inicial que se había fijado para el evento se ha aplazado con la esperanza de que no trascienda y se pueda evitar el previsible alboroto mediático si finalmente Andrés hiciera acto de presencia.
Sin embargo, no parece que Beatriz se vaya a encontrar en la misma tesitura que la duquesa de Sussex Meghan Markle: compuesta y sin padrino que la lleve al altar. Varias fuentes han asegurado en los últimos días a los tabloides británicos que el duque de York no piensa renunciar a jugar un papel de peso en el gran día de su hija. Además, un informante ha confirmado al portal Entertainment tonight que en el seno de la monarquía británica todos desean que la joven pueda disfrutar de “la boda que se merece”, lo que implicaría contar con sus dos progenitores a su lado.
El año pasado, la actual esposa del príncipe Harry tuvo que pedirle a su futuro suegro, el príncipe de Gales, que la escoltara en el tramo final de su entrada en la capilla St. George del castillo de Windsor después de que su propio padre, Thomas Markle, decidiera no asistir al enlace tras la polémica que se había organizado en torno a unos posados que había orquestado para vender esas fotos a los paparazzi.
Sin embargo, el príncipe Andrés no se plantearía adoptar un perfil discreto como demuestra el hecho de que este mismo miércoles acudiera al palacio de Buckingham al volante de su propio coche y sin tratar de pasar desapercibido en ningún momento para asistir a la tradicional comida navideña que organiza la soberana, que tampoco quisieron perderse William y Kate y sus tres retoños.