El duque de Edimburgo se vio involucrado este jueves en un accidente de tráfico mientras conducía su Land Rover por una carretera cercana a su residencia de Sandringham, donde la reina y él pasan la temporada festiva y gran parte del invierno. Las imágenes que han trascendido muestran su coche volcado sobre un lateral en la cuneta con el parabrisas y el techo solar completamente destrozados tras chocar contra otro vehículo en el que viajaban dos mujeres y un bebé.
El duque de Edimburgo hace prueba de alcohol
Afortunadamente no hubo que lamentar heridos de gravedad. El duque de Edimburgo salió ileso y, aunque las ocupantes del otro automóvil -un modelo Kia- tuvieron que ser trasladadas al hospital al haber sufrido varios cortes y una lesión en el brazo, a estas alturas ya han recibido el alta. En el caso de Felipe, fue examinado por un médico posteriormente para cerciorarse de que se encontraba bien.
La policía local se presentó rápidamente en el lugar de los hechos y, como dicta la normativa, procedió a realizar varias pruebas que incluían un control de alcoholemia a las dos partes involucradas que dio negativo en ambos casos. Un testigo presencial que se encontraba en las inmediaciones y que fue el primero en asistir a los involucrados en la colisión, ha asegurado que el duque de 97 años se encontraba consciente cuando le ayudaron a salir de su coche a pesar de que parecía comprensiblemente asustado y conmocionado.
Según el testimonio de esa persona, el marido de Isabel II reconoció que el sol podía haberle cegado -algo habitual en los conductores de cierta edad- y preguntó rápidamente cómo se encontraban el resto de los involucrados en el accidente además de mostrarse alerta y cooperativo mientras trataban de liberar sus piernas, que se le habían quedado atrapadas en el habitáculo en un primer momento tras el golpe.