A través de un blog anónimo llamado ‘The Working Actress’, Meghan Markle documentó sus fracasos y sus éxitos.
Antes de hacer sus pinitos como gurú e influencer con el portal ‘The Tig’, dedicado a su pasión por la comida, los viajes y la moda, Meghan Markle manejó durante un par de años un blog llamado ‘The Working Actress’.
Como su propio nombre indica, la duquesa de Sussex documentaba sus experiencias como aspirante a estrella de Hollywood en ese diario virtual: desde sus audiciones para distintos trabajos a sus experiencias en el set de rodaje.
Su seña de identidad era su sentido del humor y la sinceridad con que narraba los aspectos más frívolos de la industria, sin morderse la lengua a la hora de discutir por ejemplo la importancia del físico a la hora de conseguir un papel de peso.
Según ha desvelado la biografía ‘Finding Freedom', la identidad de la persona que se escondía tras el pseudónimo ‘actriz en activo’ era un “secreto a voces” entre sus compañeros de profesión, pero Meghan nunca se animó a reconocer públicamente que se trataba de ella.
El blog se cerró poco después de que se hiciera con el papel de Rachel Zane en la serie ‘Suits’ en 2011 y unos años más tarde comenzó su aventura al más puro estilo Gwyneth Paltrow con ‘The Tig’, que bautizó así en honor a su vino italiano favorito, el Tignanello.
Obviamente, este espacio, al igual que sus perfiles en redes sociales, se cerró tras salir a la luz su relación con el príncipe Harry, aunque los rumores afirman que la antigua intérprete estaba muy involucrada en el perfil oficial de Instagram de los duques de Sussex hasta que se despidieron de esa plataforma el pasado mes de marzo a raíz de su salida de la monarquía británica.
El hecho de que algunas de las publicaciones incluyeran palabras más utilizadas en Estados Unidos que en Inglaterra parecía apoyar esa teoría.