Este martes el emperador Akihito abdicó al trono y se lo cedió a su hijo mayor Naruhito, es la primera vez después de 200 años que sucede una abdicación en Japón. Una jornada histórica vivieron hoy los japoneses al poder ser testigos de una abdicación con su emperador en vida. La ceremonia duró aproximadamente diez minutos y se llevó a cabo en el Salón del Pino (Matsu-no-Ma). Akihito llegó acompañado de su esposa Michiko, con quien tiene 60 años de matrimonio, detrás de ellos venían miembros de la familia imperial.
Con este cambió comienza una nueva era para el pueblo japonés, ya que termina la era de “Heisei” (“logrando la paz”) y comienza la nueva era imperial “Reiwa” (“bella armonía”). El emperador Akihito dio un discurso en el que se despide de su puesto y dijo: “Desde que ascendí al trono hace 30 años, he llevado a cabo mis deberes como emperador con un profundo sentimiento de confianza y respeto por el pueblo, y me siento muy afortunado por haber podido hacerlo”. “Doy las gracias más sinceras a la gente que me ha aceptado y apoyado en mi papel como símbolo del Estado”, continuó. Antes de terminar mencionó a su esposa, quien ha sido una clave importante durante su imperio. Recordemos que es la primera plebeya que entró a formar parte de la familia imperial.
Mañana se continuará con la ceremonia de sucesión, en está Naruhito recibirá los tesoros imperiales y posteriormente el nuevo emperador acompañado de su esposa Masako, y otros miembros de la familia real pronunciará su gran discurso en el que tendrá que decir cuáles son sus prioridades en esta nueva era.