Por Gabriella Morales-Casas
Cuando Kate Middleton llegó al altar para desposar al príncipe William, el 29 de abril de 2011, en la Abadía de Westminster los fans de la realeza cayeron rendidos a los pies de la pareja que reinará algún día. Recordamos los mejores –y los más difíciles– momentos de los duques de Cambridge a 10 años de su matrimonio.
EL BACKGROUND DE KATE
Carole y Michael Middleton criaron a sus hijos Kate, Pippa y James, en Berkshire bajo el cuidado de la abuela materna, ya que ambos trabajaban. Los niños tenían a su disposición una enorme casa con jardín y ha sido la propia duquesa quien ha contado que “jugábamos en la tierra, éramos niños felices, nos gustaba hacer competencias, ser deportistas”, dijo en el podcast Happy Mum, Happy Baby en febrero del 2020. De cuándo se hicieron novios no hay certeza porque ellos mismos no lo supieron decir con exactitud. Comentaron que primero fueron amigos; pero lo que es un hecho es que hubo varios breaks, al menos, se contabilizaron por las importantes apariciones públicas que hizo Kate en eventos de la familia real. La primera fue en 2006 cuando William recibió su condecoración militar en la Academia Sandhusrt. Después de aquello no se les volvió a ver juntos, sino hasta 2007 que los paparazzi los sorprendieron con amigos.
En octubre de 2010 la pareja viajó a Kenia con varios amigos, a la reserva Lewa Wildlife Conservancy. Ahí, en una montaña, a las siete de la tarde, William le propuso matrimonio a Kate. “Traía el anillo en el bolsillo desde que nos subimos al avión y lo traje todo el tiempo en el mismo lugar porque no sabía en qué momento dárselo hasta que encontrara el ideal y así fue”, dijo el príncipe cuando se anunció el compromiso oficial en los jardines del Palacio de Kensington el 16 de noviembre de ese mismo año. El anillo en cuestión no era nuevo, sino el que Charles le entregó a Diana para sellar su compromiso: un hermoso zafiro ovalado engarzado en diamantes sobre un montaje de platino. Desde entonces, las joyerías del mundo entero tanto de bisutería como de joyas preciosas han imitado la sortija y algunos hasta le han puesto “Anillo Duquesa”.
LA GRAN BODA
Lo que más causó sensación fue el hermoso vestido de la novia: un diseño de Sarah Burton para Alexander McQueen (quien acababa de quitarse la vida un año antes). Con un modelo strapless sobrepuesto por un encaje bordado a mano de flores inglesas, Kate llevó una tiara de la reina conocida como el Halo Cartier y unos aretes de diamantes del diseñador Robinson Pelham especialmente creados para ella; estos emulaban un roble y piña de nuez, elementos que son parte de su escudo de armas personal y constituyen el paisaje de Berkshire, donde creció.
El bouquet ese entonces se compuso de jacinto blanco, lili del valle y mirto, esta última flor es una tradición de la familia Hannover/Windsor desde tiempos de la reina Victoria. Por su parte, William usó un hermoso uniforme militar rojo; pero el original es de lana, así que tanto él como Harry se mandaron a hacer versiones idénticas en algodón para evitar el calor de mayo. Ambos eran de Blues and royals. Descubre el artículo completo de los duques de Cambridge en la edición impresa y digital CARAS ABRIL