Por AFP @CARASmexico
La entronización del emperador Naruhito, de Japón, se realizará el martes en medio de fastuosas ceremonias, aunque el magnífico desfile de la pareja real ha sido postergado ya que el país cura sus heridas después del paso del tifón Hagibis.
El nuevo soberano, de 59 años, se convirtió en el 126º emperador de Japón el 1 de mayo, el día después de la abdicación de su padre Akihito, de 85 años, el primero en esta dinastía en más de dos siglos.
La coronación formal del emperador es un complicado proceso que tendrá sus momentos más solemnes el 22 y 23 de octubre, cuando Naruhito comparezca ante las divinidades y representantes internacionales para la proclamación de su ascenso al trono del Crisantemo.
Otras festividades más confidenciales se organizarán más adelante.
En total, se esperan unos 2.500 invitados, incluidos dignatarios de casi 200 países.
Entre ellos se encuentran jefes de estado, como el presidente brasileño Jair Bolsonaro, o el exmandatario francés Nicolas Sarkozy, quien representará a Emmanuel Macron, y representantes de otras familias reales como el príncipe Carlos, del Reino Unido.
Donald Trump, el primer líder extranjero en reunirse con el nuevo emperador, en mayo, enviará a su Secretaria de Transporte, Elaine Chao.
El martes comenzará con una ceremonia sintoísta a puerta cerrada, durante la cual Naruhito “informará" a sus ancestros imperiales de su proclamación.
Naruhito y su esposa, la emperatriz Masako, aparecerán unas horas más tarde en los trajes tradicionales más sofisticados para la ceremonia principal, en la “Salón de los Pinos”, el lugar más prestigioso del palacio imperial.
"¡Banzai!”
En una ceremonia marcada por el sonido de tambores y gongs, Naruhito proclamará formalmente su ascensión al trono de Crisantemo.
Seguidamente, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, le expresará sus felicitaciones, levantando los brazos al cielo para gritar tres veces: "¡banzai!” (literalmente “10.000 años”, en otras palabras "¡larga vida al emperador!”).
Inicialmente se había programado una caravana de la pareja imperial por Tokio durante unos 30 minutos, una rara oportunidad para que el público en general la vea y la salude.
Más de 100.000 japoneses asistieron al desfile para celebrar la entronización del emperador Akihito en 1990, quien había accedido al trono un año antes.
Esta vez, el gobierno decidió el viernes posponer este desfile en las arterias de la capital, debido a circunstancias especiales por el paso del tifón Hagibis.
Ese desfile, en un automóvil convertible, exigiría el despliegue de enormes medios de seguridad, mientras que la prioridad de las autoridades japonesas en estos días es gestionar los daños causados por el ciclón que causó más de 80 muerto en el país hace una semana.
Sin embargo, se mantiene en la agenda un banquete imperial con funcionarios del gobierno y dignatarios extranjeros, así como una ceremonia del té al día siguiente.
Abe también recibirá dignatarios extranjeros en una cena el miércoles en un importante hotel de la capital.
La entronización del nuevo emperador también será una oportunidad para que el gobierno anuncie una amnistía a 550.000 ciudadanos que han sido multados por violaciones del Código de Carreteras u otros delitos menores.
Una nueva era con Naruhito
Naruhito tiene la delicada tarea de consolidar el legado de su padre, quien logró acercarse al pueblo japonés mientras mantenía milenarias tradiciones imperiales.
Akihito anunció en 2016 su intención de abdicar en favor de su hijo mayor, destacando el deterioro de su salud y, por lo tanto, la dificultad de continuar garantizando que “cuerpo y alma” funcionen como un símbolo del estado.
Se aprobó entonces una ley excepcional, que es válida sólo para él, para permitirle entregar el trono aún en vida después de 30 años de la era de Heisei (“paz en todos lados”).
Akihito y su esposa Michiko se han mudado del palacio imperial y ahora están oficialmente “retirados”, aunque retienen los títulos de emperador y emperatriz eméritos.
El 1 de mayo se inició la era Reiwa (“hermosa armonía”), que acompañará a Naruhito durante todo su reinado.
Él y Masako tienen una hija, la princesa Aiko, de 17 años, a quien la ley imperial no le permite convertirse en emperatriz, teniendo en cuenta solo el linaje masculino.
Por ello, el hermano menor de Naruhito, el príncipe Akishino (de 53 años) es el primero en la línea de sucesión, por delante de su hijo Hisahito, de 13 años.
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