El hijo menor de la princesa Diana de Gales cumple 36 años. Este es Harry, el príncipe sonriente, de pies a cabeza.
Ese risueño y relajado niño pelirrojo nació como Henry Charles Albert David Mountbatten-Windsor el 15 de septiembre de 1984. Hoy ocupa el sexto lugar en la línea de sucesión desde el nacimiento de su sobrino Louis Arthur –en abril de 2018–, y en las más recientes encuestas de la casa real sigue apareciendo entre los miembros más populares: hasta 2019 estaba en el segundo sitio, ahora ha descendido al cuarto debajo de la reina, Catherine y William.
El niño de mamá
Siempre aparecía sonriente en las fotos con su hermanito y su mamá. Pero padeció el escarnio como receptáculo de los rumores que rodearon las infidelidades de sus padres: Cuando Diana dio en una entrevista televisiva a la BBC, en 1992 confesó que mantuvo relaciones extramaritales con su profesor de equitación James Hewitt y la prensa británica afirmaba que Harry era hijo del caballista por su parecido físico. El propio Hewitt lo desmintió con un comunicado. El tiempo demostró que es idéntico a su papá, pero en ginger.
La muerte de Diana
Su madre murió en un accidente automovilístico en París, en mayo de 1997. Harry y William conmovieron al mundo entero al acompañar el cortejo fúnebre junto a su padre, el príncipe Carlos y el hermano de la princesa Diana, Earl Charles Spencer, especialmente por la pequeña carta de sobre blanco que decía “Mommy”, que Harry había escrito para su mamá. Casi 20 años después Harry dijo a un documentalista que sabía todo sobre el accidente, “y cómo los fotógrafos en vez de ayudarla le sacaron fotos viéndola morir”.
Los problemas adolescentes
Afectado por la ausencia de su madre, Harry, el príncipe sonriente tuvo varios episodios comprensiblemente inadecuados: el más grave fue cuando hizo trampa en Eton College y puso a un compañerito a hacerla la tarea de artes plásticas y la maestra se fue a juicio escolar. También protagonizó una pelea con paparazzi en 2004, al salir de una discoteca en Londres: golpeó a uno de ellos con la cámara, le partió el labio y tuvo que pedir disculpas públicas. En 2005 fue a una fiesta de disfraces disfrazado de Nazi. También se le vio fumando mariguana. Muchas fueron las fiestas desafortunadas –o mejor dicho, las borracheras– en las que se vio fotografiado.
Sandhurst
En 2005 se enroló en la Real Academia Militar Sandhurst y, desde entonces, dedicó 10 años de su vida la milicia, acudiendo a dos misiones de guerra en Afganistán. Es capitán general de la Armada Británica y teniente de Household Cavarly (Blues and Royals); es Comandante del Aire y sucedió al príncipe Felipe de Edimburgo, como Capitán General de la Marina Real, en 2017; este último título le fue retirado tras su partida de la casa real, ya que su deber era representar al duque oficialmente. Por cierto, en una ocasión interrumpió una entrevista para correr al llamado del capitán. Todo un héroe.
“Paki”
Pero ni en la milicia heroica se escapó de las polémicas: en una grabación filtrada se escucha que llama a uno de sus compañeros de la armada “Paki”, en alusión a su origen pakistaní. Los líderes de opinión lo tildaron de “racista” e, incluso, el entonces rimer ministro David Cameron acusó que era una “actitud inaceptable”. El príncipe arry tuvo que pedir disculpas, pero a su defensa se sumaron militares de alto rango explicando que entre soldados es común ponerse apodos de ese tipo, sin mala intención. Él era “Gales”, por ejemplo.
Las Vegas
Cuando parecía que el príncipe Harry ya había sentado cabeza se suscitaron varios escándalos fiesteros: cuando se cayó en una piscina en 2011 bailando, cuando bailó break dance en una fiesta en Croacia y cuando se desnudó en una fiesta privada en Las Vegas… Oh, sí, fue en 2012; el programa TMZ publicó fotos suyas en una suite del hotel Wynn, bailando con una stripper con una bolsa en sus partes nobles tras haber jugado “pokar de prendas” en una despedida de soltero junto a sus más cercanos amigos. Obvio, alguno de los presentes no respetó su privacidad; después de todo, “lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas”.
Las novias de Harry, el príncipe sonriente
En el terreno de las chicas, su novia más conocida antes de Meghan fue la socialité zimbabwense Chelsy Davy, con quien tuvo una relación de idas y venidas durante seis años. Entre 2009 y 2012 se le vio romanceando con Ellie Goulding, la modelo Florence Brudenell-Bruce, la cantante Mollie King y la conductora Caroline Flack, quien se atrevió a detallar la relación en su autobiografía Storm in a C Cup. Con Cressida Bonas mantuvo una relación sentimental durante un par de años que trataron de llevar con la mayor discreción posible y que llegó a su fin en 2014. Todo el mundo pensaba que Chelsy iba a ser la elegida por el príncipe Harry, así como Kate lo fue de William tras varios años de relación interrumpida…
Altruismo
Ahora que ya no es senior royal perdió muchos compromisos altruistas, pero conserva los creados por él: la preservación de la vida silvestre de África y el apoyo a niños con VIH en Lesotho, África, a través de su fundación Sentebale; otra de sus causas inclusión de excombatientes a la vida civil, a través del deporte, por ello creó en 2014 los Juegos Invictus, que siguen bajo su mando.
Botswana
Es su lugar feliz, a donde se refugió tras la muerte de su madre, según reveló en el documental de la cadena ITV desde África. Además, fue parte de sus entrenamientos militares secretos y el lugar que eligió para comenzar su propia “carrera” filantrópica. Al ser un sitio alejado del bullicio –y por lo tanto de la prensa–, fue el que eligió para invitar a Meghan en dos ocasiones durante 2017 para tratarse y conocerse mejor.
Meghan…
Se supo del romance en octubre de 2016 porque el periodista de realeza del diario The Sun, Phil Dampier lo reveló con un texto que titulaba: “Es extranjera, divorciada y birracial”, motivo más que suficiente para que el príncipe Harry saliera a defenderla en noviembre de 2016 con un comunicado sin precedentes que confirmaba la relación como algo serio. Desde ese instante se volvieron la pareja dorada de los reflectores. La audacia del príncipe para defenderla siempre le faltó para confirmar su relación con Chelsy, aunque todos la conociéramos.
La familia de la novia
Cuando anunciaron su compromiso el 27 de noviembre de 2017, los paparazzi comenzaron a hacer su agosto entrevistando a la media hermana de Meghan, quien la acusaba de ser una bruja maquiavélica, trepadora y otros adjetivos poco elegantes. Varios medios mexicanos y extranjeros buscaron a su padre, Thomas Markle, en Rosarito, Baja California. El colmo fue cuando se confirmó la invitación a la boda del señor Markle y su hija vendió fotos de él revisando las páginas de chismes y de looks para la boda real, lo cual terminó en que él no acudiera al enlace para evitarle “más vergüenzas a mi hija”, declaró.
La boda
Fue el sábado 19 de mayo de 2018 en la capilla histórica de St. George (mausoleo de grandes reyes, entre ellos Enrique VIII bajo tierra en una bóveda) frente al Castillo de Windsor Acudieron personajes de Hollywood como Josh Corben, Idris Elba y David y Victoria Beckham, además de amigos del príncipe Harry de toda la vida como los hermanos Van Strauzenbee y hasta su exnovia Chelsy Davy, lo que demostró que más que novios siempre fueron amigos. La mamá de la novia Doria Ragland robó cámara por su dignidad y sencillez; la novia caminó sola y Harry la recibió en el altar con la frase: “Qué suerte tengo”.
Archie
La pareja anunció el embarazo de Meghan en diciembre de 2018 y durante el siguiente trimestre se encargaron de atender compromisos oficiales. Pero el evento que marcó la dulce espera de la duquesa ante los medios fue su aparición en los premios Glamour en Gran Bretaña, en los que entregó un reconocimiento a la diseñadora Clare Wright Keller, autora de su vestido de novia. Meghan llevó un vestido de gala negro, con uñas negras luciendo su avanzado estado de gravidez. El primogénito nació el 6 de mayo de 2019 y un día después se dio a conocer su nombre: Archie Harrisson Mountbatten-Windsor.
Megxit
Los Sussex anunciaron intempestivamente el 8 de enero de 2020 que se mudarían de la Gran Bretaña y dejarían sus roles como Senior Royals. El drama, que los medios bautizaron como Megxit, culminó en “la cumbre de Sandrigham” en la que se acordó que perderían el tratamiento de “Sus Altezas Reales”, sus privilegios económicos (no así sus títulos de duques) y además de pagar a los contribuyentes la remodelación de su casa en Frogmore House, misma que conservan para cuando vuelvan o visiten Londres. En su última aparición oficial en el Día del Commonwealth en la Abadía de Westminster, los Cambridge fueron muy fríos con ellos, lo que confirmó rumores viejos de que ya no se llevaban bien.
Hollywood
Luego de un par de meses en Vancouver Island, Harry, Meghan y Archie se mudaron a Los Ángeles en marzo de 2020 donde les agarró la pandemia; en junio se mudaron a Montecito, un condado que forma parte de Santa Bárbara County, una de las ciudades más exclusivas, lujosas pero muy surfer hippie-chic en la Costa Oeste de los Estados Unidos. Desde su exilio voluntario, los duques de Sussex han aparecido en contadas entrevistas hablando de activismo social y feminismo y otros temas relacionados con su carácter social. También se les vio repartiendo comida a la gente durante la pandemia por covid-19 y compartieron un video casero en el primer año de vida de Archie. La última noticia es que serán productores de Hollywood.
El duque cumple 36 años en un país cuya cultura es totalmente nueva para él; lo mejor es que no ha perdido esa sonrisa franca y ojos pizpiretos que nos encantaron desde que era un bebé. Siempre será Harry, el príncipe sonriente.