Por Bang Showbiz @CARASmexico
Desde el momento en que se anunció su compromiso con el príncipe Harry, cada uno de los movimientos y las decisiones de la duquesa de Sussex fueron analizados en función del comportamiento del que había hecho gala anteriormente su cuñada Kate Middleton en esas mismas situación.
En un primer momento, esas comparaciones sirvieron para aumentar la popularidad de la antigua actriz por haber modernizado el rígido protocolo de la monarquía británica, pero muy pronto pasaron a convertirse en un verdadero quebradero de cabeza cuando el período de ‘luna de miel’ con los tabloides llegó a su fin y comenzaron a lloverle las críticas por no terminar de adaptarse al papel institucional que ya ha abandonado. Meghan, por ejemplo, mantuvo en secreto los detalles en torno al nacimiento de su hijo Archie y no posó a la salida del hospital con su pequeño en brazos, como sí hizo Kate con sus tres hijos.
De hecho, en el caso de los dos pequeños, la esposa del príncipe William salió del hospital caminando por su propio pie a las pocas horas de dar a luz y se paró incluso a saludar desde lejos a los curiosos mientras los reporteros le sacaban las fotos de rigor. Ahora ella ha realizado unas raras declaraciones acerca de esa decisión que, en su momento, también fue criticada por ciertos sectores debido a que ofrecería una imagen poco realista del postparto. “Sí, es un poco aterrador, no voy a mentir. Se nos ha mostrado mucho apoyo y tanto William como yo éramos conscientes de que se trataba de algo que le hacía mucha ilusión a todo el mundo y, bueno, nos sentimos muy agradecidos por el apoyo que el público nos ha mostrado. También creo que era importante que pudiéramos compartir nuestra alegría y nuestro agradecimiento con los demás”, ha explicado en una rara entrevista al podcast ‘Happy Mum, Happy Baby’.
“Pero igualmente, a todo eso se sumaba el que éramos unos padres novatos, con un recién nacido y con toda la incertidumbre que ello conlleva. Así que hubo emociones encontradas, sí", ha admitido. La duquesa también ha querido recalcar que sí pasó una noche ingresada tras dar la bienvenida a su primogénito George y ha dejado claro que la decisión de recibir el alta prematuramente recayó finalmente sobre ella. “Tenía ganas de irme a casa porque, en mi caso, el hospital me recordaba todas las veces que había tenido que ir por allí por las náuseas matutinas que sufrí, y no era un lugar en el que me apeteciera pasar más tiempo del necesario. Estaba desesperada por regresar a casa y volver a la normalidad”.