Una emotiva carta escrita por la reina Isabel II salió a la luz recientemente. Se trata de un escrito que la soberana escribió después de que nació uno de sus hijos.
La misiva, escrita en 1964, fue dirigida a su partera y amiga Helen Rowe, conocida cariñosamente como Rowie. En la carta, la reina expresó su gratitud por la ayuda brindada durante el nacimiento de su hijo menor, el príncipe Eduardo.
La carta de la Reina Isabel II
La carta, escrita en dos hojas, revela el profundo cariño que la Reina sentía por Rowie y su agradecimiento por su papel crucial en el nacimiento del príncipe Eduardo.
En ese momento, el príncipe Eduardo llegó al mundo el 10 de marzo de 1964, y la Reina describió a su hijo como un “bebé maravilloso y bueno como el oro que sonríe y se ríe de todos”. En ese entonces, la monarca británica tenía 38 años y ya era madre de tres hijos: el rey Carlos III, la princesa Ana y el príncipe Andrés.
La carta también menciona la salud del entonces príncipe Carlos, quien tenía 15 años en ese momento y estaba lidiando con una enfermedad de neumonía mientras se encontraba en su campamento de verano en Gordonstoun, Balmoral.
La reina expresó su preocupación por la salud de Carlos en la carta y mencionó que, aunque estaba mejorando, todavía se encontraba frágil.
La relación entre el rey Carlos y su hermano
La relación entre el príncipe Eduardo y su hermano, el rey Carlos III, se ha mantenido cercana a lo largo de los años. Esto se refleja en el hecho de que Carlos otorgó a Eduardo el título de duque de Edimburgo, un título que anteriormente pertenecía a su padre, el príncipe Felipe.
El príncipe Eduardo de Edimburgo, quien tiene ahora 59 años, está casado con Sophie Helen Rhys-Jones, condesa de Wessex, desde junio de 1999. La pareja tiene dos hijos: Lady Louise Windsor, de 19 años, y James, de 15.
La Reina Isabel II murió el 8 de septiembre de 2022; su deceso dejó un profundo vacío en el corazón de sus seres queridos y admiradores de todo el mundo.
La emotiva carta escrita por la reina Isabel II es un testimonio de la importancia que la soberana dio a sus relaciones familiares y amistosas.