El príncipe Federico de Dinamarca ha sido una figura familiar para la prensa debido a su comportamiento en la juventud y los escándalos asociados a su vida privada. Su reputación de “soltero de oro” y los llamados a renunciar a sus derechos dinásticos en 1992 marcaron un periodo tumultuoso en su vida. Sin embargo, su matrimonio en 2004 con Mary Donaldson se esperaba que marcara un giro hacia la estabilidad.
La unión de Federico de Dinamarca y Mary Donaldson marcó uno de los eventos reales más destacados del comienzo del siglo XXI. Su historia, que comenzó durante las Olimpiadas del año 2000 en Australia, trazó el camino hacia su matrimonio, que este año celebra dos décadas desde su anuncio.
Encuentro en Sydney: El inicio de una historia de amor real
En el ambiente de los Juegos Olímpicos de Sydney, Federico de Dinamarca encontró a Mary Donaldson, una joven de Tasmania con una carrera en Derecho y Comercio.
Este encuentro se convirtió en el inicio de una relación que creció en secreto a través de correos electrónicos y llamadas telefónicas. Los detalles de su primer encuentro revelados años después por una dama de honor indican que este no fue producto del azar, sino de una cena organizada donde ambos fueron invitados.
Una boda y las sombras del engaño
En mayo de 2004, la boda de Federico y Mary tomó lugar en la catedral de Copenhague. La imagen del príncipe derramando lágrimas de emoción se grabó en la memoria colectiva.
La pareja real dio la bienvenida a cuatro hijos y su relación se fortaleció a través de los años, aumentando su participación en actos oficiales y consolidando su peso institucional.
La relación de Federico y Mary ha enfrentado varios retos, incluyendo momentos de tensión que recordaban el pasado del príncipe danés. En 2011, Federico fue visto en un pub bailando muy cerca de otra mujer, lo que trajo a la luz pública sus conocidos episodios de juventud.
La amarga visita de los reyes de España a Federico y Mary de Dinamarca
La visita oficial de Estado de los reyes de España a Dinamarca coincidió con la divulgación de unas fotografías que desataron un cisma mediático. El heredero al trono danés, Federico de Dinamarca, fue fotografiado en Madrid en compañía de la empresaria mexicana Genoveva Casanova, circunstancia que sorprendió a muchos.
Durante la visita, los reyes de España y los príncipes Federico y Mary mostraron unidad ante el público, marcando el evento con su presencia en el monumento a los daneses fallecidos en misiones internacionales. Esta imagen buscaba trascender las controversias personales y destacar la relación diplomática entre ambos países.
Pese a las imágenes publicadas y los rumores en auge, los príncipes de Dinamarca mantuvieron una postura de normalidad en público. Mary de Dinamarca optó por permanecer al margen de las especulaciones, un comportamiento consistente con su historial de enfrentar situaciones adversas con discreción y elegancia.