La fascinación que genera la figura de la duquesa de Sussex, un fenómeno que en Reino Unido han bautizado como ‘Meghan Manía’, ha acabado por salirse de control en una de sus últimas apariciones públicas en el marco de su actual gira oficial.
Si bien es cierto que el príncipe Harry y su esposa han conseguido congregar a grandes grupos de personas en cada una de sus salidas en Australia y, ahora, en Fiji, este miércoles la situación estuvo a punto de salirse de control y acabar en tragedia.
Según su agenda oficial, que se ha visto obligada a reducir ligeramente -en especial a primera hora de la mañana- debido a su embarazo.
La antigua actriz debía acudir a un popular mercado de la isla para conocer un poco mejor un proyecto de las Naciones Unidas llamado ‘Markets of Change’, cuyo objetivo es garantizar que esos espacios de compra-venta sean seguros y que en ellos no se produzca ningún tipo de discriminación contra las mujeres, que a día de hoy siguen siendo las principales vendedoras y en la mayoría de casos la única fuente de ingreso de sus familia a través de su actividad comercial.
Pese a que se trataba de un proyecto sin duda muy interesante para la duquesa, que ya había centrado su labor humanitaria en la defensa de los derechos de las mujeres antes incluso de entrar a formar parte de la familia real, a los ocho minutos de su llegada tuvo que abandonar rápidamente el recinto escoltada por su equipo de seguridad.
En un principio el palacio de Kensington restó importancia al incidente alegando que se había tomado esa decisión debido a las “condiciones poco cómodas” del lugar, aunque poco después han confirmado que se trató de un problema de control de la multitud.
Sin embargo, la duquesa no tiró la toalla y consiguió reorganizar el encuentro que tenía fijado con cuatro mujeres que forman parte del mencionado proyecto para charlar con ellas y que le explicaran su experiencia.
