La monarca emérita española celebra un año más de vida siendo testigo de cómo los muros más fuertes de su vida se han ido cayendo sin apenas hacer ruido.
La reina Sofía cumple 82 años y lo hace en un año que jamás se hubiese imaginado. A pesar de eso, la madre del Rey Felipe VI no ha perdido la sonrisa y es que nuevamente ha vuelto a demostrar que es el pilar fundamental de una familia que, poco a poco, se desmorona.
Relacionadas: Las amantes —y una Reina— del rey emérito Juan Carlos I
Echar la vista atrás ya no sirve de nada para una mujer que lo dejó todo por amor y que la vida no le ha devuelto lo mismo, pero sí le ha pagado con el cariño de los ciudadanos españoles.
Siempre atenta a los suyos, debiéndose a su país, la reina Sofía construyó una familia basada en el amor y la honradez, pero que desgraciadamente se ha visto manchada por los tejemanejes que su marido, Don Juan Carlos I ha llevado a cabo durante muchos años a espaldas de la gente que le admiraba y le cuidaba como jefe de estado.
No te pierdas: 10 puntos clave en la vida de la reina Sofía
La reina Sofía siempre permaneció en un segundo plano, nunca se metió en nada públicamente y el protagonismo era para su marido... con los años esto no ha cambiado, pero sí se ha visto revalorizado el cariño con el siempre trató a todos los ciudadanos de España, con la sonrisa que siempre tuvo para ellos y ahora, es ella el claro ejemplo de una mujer que se dejó la piel en una familia que se ha ido desmoronando sin poder hacer nada.
Una hija sentada en el banquillo de los acusados, un yerno en prisión, un marido que tiene que abandonar el país por la revolución mediática que ha supuesto las declaraciones de su amiga especial, Corinna Larsen... y un hijo que intenta sacar adelante la Monarquía de un país que a veces se pronuncia en contra de la misma.
También lee: Así es Chyknell Hall, el palacete de Corinna Larsen en Inglaterra
82 años y las mismas razones por las que no borrar su sonrisa de la cara, pero mucho peso en sus espaldas. ¿Víctima? no, testigo de cómo los muros más fuertes de su vida se han ido cayendo sin apenas hacer ruido.
Golpes en forma de palabras que duelen más que las humillaciones a las que se ha visto sometido durante años, y aunque duela, se ha quitado de encima la mayor estrella de su vida, Don Juan Carlos se marchó en agosto de este país ¿para no volver?