Corinna Larsen no fue la primera ni la última… las mujeres más importantes del rey emérito Juan Carlos I lo han marcado para bien y para mal. Estas son los amores de un príncipe cotizado que terminó en Rey malogrado.
Antiguamente, los Reyes tomaban mujeres en la corte, no importando si eran Reyes titulares o consortes: igual se metían con las damas de las reinas.
En los tiempos modernos parece que esa costumbre no ha cambiado (para muestra tenemos todos los líos de la casa de Windsor), pero a diferencia del príncipe de Gales y su famoso affaire con Camilla, al Rey emérito de España le ha llovido sobre mojado…
Desde que se supo en 2015 su romance con la princesa alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein, Juan Carlos I ha caído en desgracia: primero abdicó, luego se le acusó de tráfico de influencias y ahora de lavado de dinero y evasión fiscal, motivos por los que la prensa española le ha sacado todos sus trapitos al sol como en medio siglo de reinado nadie nunca se había atrevido.
Repasamos los romances del rey Juan Carlos I, en medio de su periodo más penoso y atribulado.
El playboy Juanito
Antes de ser rey de España fue “Juanito”, príncipe heredero, hijo del rey Juan I, exiliado durante la Guerra Civil Española por mandato de Francisco Franco. La familia real se fue a vivir a Estoril hasta que el dictador convocó al príncipe para educarlo y formarlo a su imagen y semejanza.
En Madrid y Estoril tuvo muchas novias, como muestran sus cartas a Olghina Nicolis, condesa de Robilant, fechadas en 1956, según ha contado el periodista español Fermín J. Urbiola a Vanitatis.
“También se ha comentado su correspondencia con la hija de un miembro del personal de Villa Giralda y hasta con una joven brasileña que conoció durante su estancia en el ‘Juan Sebastián Elcano’ (1958)”.
O sea que desde joven era rompecorazones y cómo no, si estaba joven, muy guapo y atlético, por lo que se convirtió en uno de los príncipes más cotizados de Europa.
María Gabriela de Saboya
Fue coronado Rey a la muerte de la dictadura del “generalísimo Franco” –como se hacía nombrar–, pero antes de ello, Franco le buscaba novia a su gusto. Entre sus numerosas conquistas se encontraba la princesa María Gabriella de Saboya, hija del último rey en Italia, Umberto II, también exiliado en Estoril como muchas monarquías extintas.
La propia María Gabriela dijo en una entrevista al Corriere della Sera en 2016 que ella y Juan Carlos “eran noviecillos” desde adolescentes, “íbamos al cine, al casino, navegábamos los veranos y yo lo visité en el palacio de El Escorial muchas veces”.
En aquel tiempo, se habló de que sería la novia natural de Juan Carlos, pero la propia María Gabriela dice que ella nunca quiso ser “Reina de estado o acabas como Lady Di”.
Como Juan Carlos ya había conocido a la princesa Sofía en un crucero de verano con varios jóvenes royals, “y según una de estas cartas, dijo que lo había cautivado”, señala Urbiola, “hay documentación de que el gabinete de Franco despreció a Saboya y eligió a Sofía”.
La princesa Sofía
Otra versión apunta que fue el destronado rey Juan I quien insistió en que su hijo desposara a una princesa y no a la destronada María Gabriela. Según el libro Un té en el Savoy de Marius Carol, Franco le dijo al príncipe lo siguiente: “Usted ya sabe que no tiene que casarse con una princesa… Pues en España hay no pocas muchachas que, sin ser personas reales, merecen un trono, refiriéndose a su propia hija Carmen Franco y Polo”.
María Gabriela y Juan Carlos fueron juntos a los Juegos Olímpicos de Roma en 1960, donde coincidieron con Sofía. En septiembre de 1961 se anunció en enlace de Juan Carlos y Sofía, quienes se casaron el 14 de mayo de 1962 en Atenas. Saboya afirma que siguieron siendo amigos cercanos durante mucho tiempo, “él me mandaba cartas para contarme cómo le iba en su nueva vida”.
Sofía y Juan Carlos tuvieron tres hijos: La infanta Elena, el príncipe Felipe de Asturias y la infanta Cristina, también involucrada en un caso de corrupción y lavado de dinero a través de su esposo, Iñaki Undargarín y el famoso caso Noos.
Sarita Montiel y Bárbara Rey
El gran mérito de Juan Carlos I es que al morir Franco, en 1975, fue el artífice del paso de España a la democracia, motivo por el que había sido respetado e intocable en el país (hasta hace poco). Esto aumentó su popularidad también entre las féminas y no hay príncipe sin plebeyas…
Cuenta Pilar Eyre en el libro “La soledad de la Reina” que la famosa actriz de la época Sara Montiel fue una de las mujeres cautivadas por el nuevo Rey, lo mismo que la vedette Bárbara Rey, famosa en la España de los años 70.
Si bien Sarita solo fue “un gustito” del Rey, según Eyre, con Bárbara hubo una relación que desembocó en que pagara por su silencio, ya que la vedette amenazaba con revelarlo para que no la dejara.
Este rumor cobró fuerza cuando en 1997 ella declaró a la prensa que unos maleantes entraron a su casa “no a robar, sino a buscar evidencia delicada que me asocia con una figura importantísima del panorama español”. ¿Por qué habría guardado evidencias si no quería que se supiera?
El rumor de que se trataba del Rey cobró fuerza porque en aquellos años acostumbraba escaparse de La Zarzuela en su moto, con chamarra negra de cuero para ver a sus “novias”, una anécdota que se contaba por todo Madrid desde los 80 hasta los 90.
Liliane Sartiau
Empresaria y dama de sociedad belga, a Liliane Ghislaine (Sartiau por matrimonio) se le atribuye una larga relación intermitente con el Rey desde 1960 cuando se conocieron en Francia. ¿Cómo se supo? Porque la hija de Liliana, Ingrid Sartiu, demandó en 2015 en Madrid al rey Juan Carlos I por paternidad.
Ingrid dio al portal Vanitatis una entrevista diciendo que su madre le confesó que era su padre natural cuando salió la noticia de la desafortunada caza del rey en Botswana.
Otro presunto hijo fue un ciudadano catalán llamado Albert Solé Jiménez . Recordemos que el Rey abdicó en 2015 a favor de su hijo Felipe, príncipe de Asturias. Fue tras este suceso que le aparecieron cinco supuestos hijos por todos lados; pero la Corte Suprema de Madrid las desestimó por falta de pruebas. “No importa lo que digan en Madrid, soy hija de Juan Carlos I” dijo Ingrid Sartiu.
De acuerdo a un libro del periodista Amadeo Martínez, “El Rey de las 5 mil amantes”, el Rey tuvo ese número de affaires, lo cual ha causado la risa de algunos cronistas españoles, “porque ni Julio Iglesias”, dijo el periodista del corazón Boris Izguirre en su momento.
Corinna zu Sayn-Wittgenstein (Corinna Larsen)
El diario El Español, que en 2015 arrancaba su vida editorial, tenía una bomba bajo la manga: descubrió el amasiato del rey Juan Carlos I con una aristócrata alemana de nombre Corinna, con quien tenía un chalet suizo. La relación duró de 2009 a 2013 con intermitencias, en medio del cáncer del Rey.
El escándalo fue doble: no solo se supo lo del chalet, sino que se filtró la foto de ambos cazando elefantes en Botswana, que amén de considerarse un escándalo ambiental, puso sobre la mesa sus infidelidades por primera vez de forma explícita y vergonzosa; de paso el tema del chalet no declarado en los bienes de la familia real destapó la bola de nieve de corrupciones y desvíos que vendría después.
Conocido como “El caso Villarejo”, por el apellido del abogado de Corinna en España, Corinna aceptó que se compró el chalet y un terreno en Marrakech y participó en una grabación con las autoridades españolas en las que “soltó la sopa” de su relación con él y de sus prácticas con prestanombres para obtener beneficios. Eso sí, no presentó pruebas contundentes.
Corinna y Juan Carlos I se conocieron en febrero del 2004 para hacer uno de estos negocios inmobiliarios juntos y ahí comenzó la aventura que derivó en una mezcla de negocios y placer que acabaron muy mal. El caso tiene su propia historia.
Sol Bacharach
La última de la lista salió durante las declaraciones de Corinna, quien contó que el propio Rey se lo platicó. “Me dijo: estuve tres años con ella, eso es la bomba”. Sol es una abogada valenciana de buena estirpe, famosa porque su marido fue uno de los primeros empresarios víctimas de ETA, Manuel Broseta, en 1992, lo que llevó a Sol a consolarse en las adicciones.
Su rehabilitación y posterior altruismo hacia estas causas, la hizo popular en los altos círculos de Valencia, según relata el diario El Español. Su fundación la llevó hasta la mismísima Zarzuela a un evento oficial del United World College, en presencia de doña Sofía, “cuando eran amantes”, reveló Corinna.
La relación habría sido entre 2007 y 2010 en medio de la propia relación con Corinna. Sol Bacharach nunca ha dicho nada al respecto.
Epílogo
La realidad al día de hoy, es que Corinna Larsen hundió al Rey y no ha terminado de hacerlo, ya que a partir del descubrimiento de su tóxico romance, el otrora libertador de la nación, paladín de la democracia y el Rey más simpático de Europa, camina sobre las brasas de la desgracia y la ignominia… Y todo por infiel.