En su lista de romances se incluye un guardaespaldas, un mesero y un domador de elefantes.
Estefanía de Mónaco, una princesa más que nunca se sintió cómoda con las formas reales que la rodeaban y optó por llevar una vida diferente a la que todos esperaban.
Su primer arrebato amoroso lo protagonizó al lado de Paul Belmondo, el hijo del actor Jean-Paul Belmondo. Durante poco más de dos años vivieron juntos en la casa de él en París mientras que ella trabajó como diseñadora de modas para la firma Dior.
Posteriormente conoció a Anthony Delon, el hijo de Alain Delon, con quien se entusiasmó tanto que mandó a volar a Jean Paul. El flechazo no duró más de tres semanas. Le siguieron: el piloto de F1 Stefan Johansson, el fotógrafo François Darmigny, los actores Christopher Lambert y Rob Lowe, John Kennedy Jr. y el productor discográfico Ron Bloom con quien vivió en Los Ángeles.
Luego estuvo a punto de casarse con el empresario y playboy Jean-Yves Lefur para después caer rendida en los brazos de otro millonario: Jérôme Lausseure. Tras incursionar como modelo, cantante, actriz y empresaria, en 1991 inició una relación amorosa con Daniel Ducruet, su guardaespaldas.
Un año más tarde anunció que se convertiría en mamá. Dado que su padre, el príncipe Raniero hacía tiempo que le había suspendido su mensualidad, la princesa vendió la exclusiva de su embarazo para hacerse de fondos. El 26 de noviembre de 1992 nació Louis.
Sensibilizada con el nacimiento de su sobrino, su hermana Carolina intercedió para que el príncipe Raniero hiciera las paces con Estefanía.
La princesa tiene corazón de condominio.
A cambio la princesa no podría casarse con Ducruet, debía acudir a los actos oficiales sola y el papá de su hijo no tendría trato con la familia real. Dos años más tarde la princesa se convirtió en mamá por segunda vez de una niña, Paulina. Finalmente, Raniero autorizó que su hija se casara con Ducruet y el 1 de julio de 1995 se celebró la boda en la residencia Grimaldi.
Al cabo de un año se supo que Ducruet le había sido infiel a la princesa, motivo suficiente para que su relación acabara en divorcio. La princesa volvió a las andadas, y luego de tres romances fugaces incluido el multimillonario Dodi Al Fayed (última pareja de la princesa Diana), inició uno con otro de sus guardaespaldas, Jean Raymond Gottlieb, con quien tuvo a su tercera hija: Camille Marie Kelly.
La relación duró poco. Ella siguió sumando nombres a su lista de conquistas incluido un profesor de esquí, Olivier Chosset, con quien se mudó durante algunos meses.
Más tarde llegó a su vida otro de sus grandes amores, Franco Knie, un director de circo suizo especializado en domar elefantes. Duraron poco más de dos años. La princesa terminó con Knie tras conocer al acróbata portugués Adan Lopes Peres, 10 años menor que ella.
Deslumbrada, se casó con él en una ceremonia secreta en 2003. Al año la pareja se divorció. Ella encontró consuelo rápidamente en los brazos del crupier Franck Brasseur.
Al morir Raniero el 6 de abril de 2005 y recibir su parte de la herencia, la princesa se trasladó a vivir a un departamento del ala privada del palacio Grimaldi. Su regreso a palacio no implicó que modificara su estilo de vida.
A la lista de amores se sumaron el mesero Mathieu Snieft, el cantante Merwan Rim, el atleta Sebastien Gattuso y el más joven de todos, el acróbata marroquí Shaffik Mohamed, 20 años menor que ella. Hay que reconocer que de un tiempo para acá la princesa parece haber dejado de buscar pareja sentimental, y se le ve entregada a sus hijos y a causas benéficas.