Enamorarse de un rey o una reina puede sonar a un cuento de hadas. Palacios, coronas y un reino que dominar. Sin embargo, el rol de los consortes de la monarquía (como lo es el Príncipe Felipe a la Reina Isabel II), puede ser un tanto confuso. Especialmente, por que su tratamiento es diferente según el género y reino al que pertenece. Las mujeres, por ejemplo, son designadas como reinas, mientras que a los hombres generalmente se les otorga el título de príncipes, aunque no siempre es el caso. Antes de que el Príncipe Alberto se convirtiera en el primer príncipe consorte oficial de la corona británica en 1857, hubo otros cinco hombres que acompañaron a sus reinas, pero todos con títulos y poderes diferentes. Desde él solo ha existido otro consorte varón aunque no comparte el mismo título, el Príncipe Felipe, quien actualmente es el consorte hombre más longevo de la historia a lado de la monarca británica más longeva. La consorte mujer más longeva fue Isabel Bowes-Lyon, esposa del padre de la Reina Isabel II. La distinción entre las posiciones de príncipe consorte y rey consorte es importante en el sistema jerárquico patriarcal británico. Dentro de su estructura, el rey ocupa una posición más alta. Por lo tanto, se le atribuye más poder. En los casos en que el monarca hereditario es una mujer, como la reina Victoria que ascendió al trono en 1837, el poder se atribuye a la reina, ya que ocupa el puesto más alto en ausencia de un rey. A continuación, te presentamos a los consortes más importantes de la monarquía británica.
Leonor de Aquitania, esposa del rey Enrique II
Isabel de York, esposa del rey Enrique VII
Ana Bolena, segunda esposa del rey Enrique VIII
La reina Carolina, esposa del rey Jorge II
La reina Carlota, esposa del rey Jorge III
El príncipe Alberto, marido de la reina Victoria
Isabel Bowes-Lyon, esposa del rey Jorge VI