Así fueron los últimos días de la princesa Diana
En agosto de 1997, Diana de Gales vivía una etapa intensa bajo la mirada del mundo. Tras haber pasado unos días navegando en el Mediterráneo junto a Dodi Al-Fayed, hijo del empresario egipcio Mohamed Al-Fayed, la pareja aterrizó en París el 30 de agosto en un vuelo privado. Su intención era pasar una noche en el Hotel Ritz, propiedad de la familia Al-Fayed, antes de regresar a Londres.
Ese mismo día, ambos hicieron una breve visita a una residencia histórica vinculada a la realeza británica: la antigua casa de los duques de Windsor. Durante todo el trayecto, estuvieron bajo el asedio constante de paparazzis, algo que había marcado gran parte de la vida pública de Diana desde su divorcio con el entonces príncipe Carlos.
El accidente en el túnel del Alma
En la madrugada del 31 de agosto, para evitar a los fotógrafos, la pareja decidió abandonar el hotel por una salida trasera. Subieron a un automóvil Mercedes-Benz S280, conducido por Henri Paul, jefe de seguridad del Ritz, y acompañado por Trevor Rees-Jones, guardaespaldas. Diana y Dodi no llevaban cinturón de seguridad.
A las 00:23 horas, el vehículo se estrelló a gran velocidad contra una de las columnas del túnel del Pont de l’Alma. Dodi Al-Fayed y Henri Paul murieron en el lugar. Diana fue trasladada en estado crítico al hospital Pitié-Salpêtrière, donde fue declarada muerta a las 04:05 de la mañana.
Lo que revelaron las investigaciones
Las autoridades francesas concluyeron que el accidente fue causado por exceso de velocidad y porque el conductor estaba bajo los efectos del alcohol y medicamentos. También se consideró la presión ejercida por los paparazzi como un factor agravante. Años después, una investigación británica conocida como “Operación Paget” reafirmó esos hallazgos y descartó la existencia de un complot.
El funeral y el impacto global
El 6 de septiembre de 1997, millones de personas en todo el mundo siguieron por televisión el funeral celebrado en la Abadía de Westminster. Diana fue enterrada en la finca de su familia en Althorp. Su fallecimiento generó una ola de duelo internacional sin precedentes y transformó la relación entre la monarquía británica y el público.
Hasta el día de hoy Lady Di es uno de las personas de la realeza más queridas a nivel universal, por su fuerza y decisión de hacer las cosas distintas a lo que se acostumbraba en esos tiempos.