Los duques de Sussex, Harry y Meghan Markle, le hicieron un enorme regalo a su hija para celebrar su nacimiento. Y no. No es uno de los lujos clásicos o tradicionales que podríamos imaginarnos. Aunque sí estamos hablando de un presente lleno de ostentación, llama mucho la atención que este obsequio sale un poco de la caja. Se trata de lo siguiente. El príncipe y la duquesa llevaron a cabo y consiguieron el registro de varios dominios a nombre de su nueva hija Lilibet Diana. Esto es: compraron los domains que engloban la identidad de su hija antes de su nacimiento, el 4 de junio. Un portavoz de la pareja le dijo a la revista People en inglés:
«Como suele ser habitual con las figuras públicas, su equipo compró una cantidad significativa de dominios de cualquier nombre potencial que se consideró para proteger contra la explotación del nombre una vez que se eligió y compartió públicamente»
¿Qué se esconde detrás de este regalo?
Por supuesto, los sitios web a nombre de Lilibet Diana no están activos. No compraron los dominios para hacer una gran estrategia web y de redes sociales. Realmente, estos dominios se adquirieron para asegurar la figura pública de su hija y nadie pudiera lucrar o invadir su privacidad. Sobre todo, si consideramos que este nombre tan especial —Lilibet Diana— proviene del apodo de la familia de la reina Isabel y de la princesa Diana, tan amada por el total del público. Lo cual convierte a la nueva descendiente de la Familia Real en una persona que siempre tendrá la atención de absolutamente todos. Lilibet es, a la fecha, el miembro de la realeza con mayor rango en la línea de sucesión que ha nacido en el extranjero y, además, tiene derecho a ser una Dama desde este momento. Sin embargo, es muy probable que no use el título y sólo use el apellido Mountbatten-Windsor.