Este sábado la Meghan Markle, duquesa de Sussex, cumplirá 37 años y celebrará por primera vez un día tan especial como miembro de la familia real británica.
La ocasión, que se verá definida por los continuos ataques de su padre Thomas Markle, que este mismo fin de semana ha concedido una nueva entrevista en la que critica una vez más la “frialdad” con que su hija le habría excluido de su nueva vida, y por una curiosa coincidencia: su cumpleaños coincide con el de la fallecida Reina Madre, que el próximo 4 de agosto habría cumplido 118 años.
La agenda oficial de Meghan y de su marido, el príncipe Harry ha desvelado que los recién casados pasarán la jornada en la boda de uno de los mejores amigos de él, Charlie van Straubenzee, y se espera que ejerza de padrino, por lo que su esposa ni siquiera podrá sentarse a su lado durante la ceremonia religiosa.
Por otra parte, el protocolo de la monarquía dicta que solo la soberana festeja en público tales ocasiones, por lo que cualquier celebración se habría llevado a cabo en la más estricta intimidad.
Un cumpleaños diferente
Lo que está claro es que este cumpleaños será muy diferente al último que pasó junto a su ahora marido disfrutando de un tranquilo safari en África.
En aquella ocasión su vida aún no se había visto completamente alterada por el anuncio de su compromiso con el nieto de Isabel II y su controvertida familia -incluidos su padre y sus hermanastros- aún no le había cogido el gusto a las exclusivas con las que destapar viejos rencores.
Su padre ya ha adelantado que ni siquiera tratará de ponerse en contacto con ella o de hacerle llegar algún mensaje al estar convencido de que el personal de palacio interceptaría cualquier misiva suya, algo que considera un nuevo agravio que añadir a la lista de ofensas -reales o imaginarias- que ha sufrido desde el enlace real de su pequeña.
“Estoy a punto de llegar al límite de mi paciencia con Meghan y la familia real. Quieren que permanezca en silencio, lo único que desean es que desaparezca. Pero no conseguirán callarme, me niego a hacerlo.
“Y lo que más me molesta es ese sentimiento de superioridad de Meghan. Ella no sería nada sin mí; yo la convertí en la duquesa que es hoy. Todo lo que es, es gracias a mí", arremetía el antiguo director de iluminación en su entrevista al Mail on Sunday, en la que se entremezclan reproches a su hija, a quien asegura que le costeó la mejor educación posible sin pedirle nunca nada a cambio, con declaraciones cargadas de tristeza en las que asegura que sabe que jamás le dejarán conocer a ningún nieto que pudieran darle Meghan y Harry.