En el aniversario 59 del natalicio de la princesa Diana, su hijo menor ha querido recordarla de una manera muy especial.
El príncipe Harry de Inglaterra ha vuelto a ofrecer un sentido homenaje a su madre, la fallecida Diana de Gales, al tiempo que justificaba de alguna manera tanto su implicación como la de su esposa, Meghan Markle, duquesa de Sussex, en las diferentes iniciativas que se han puesto en marcha para combatir el racismo institucional que ha vuelto a manifestarse con fuerza en los últimos tiempos.
De forma más concreta, el nieto de Isabel II ha aparecido en un video relativo al llamado ‘Premio Diana’ que se entrega todos los años para reconocer el impacto y los méritos de alguna campaña solidaria ligada a una causa de justicia social. Al respecto, el aristócrata ha asegurado sin ambages que su progenitora, quien se destacó en vida por su participación activa en el marco de infinidad de proyectos humanitarios, sería una de las primeras figuras públicas en sumarse con entusiasmo al movimiento ‘Black Lives Matter’.
“Sé que mi madre ha sido una fuente de inspiración para muchos de ustedes y les puedo asegurar que en esta ocasión también estaría luchando a nuestro lado. Como muchos de nosotros, ella tampoco siguió el camino fácil, el más cómodo o el más popular, pero siempre luchó por aquello que era justo y salió en apoyo de quienes más lo necesitaban”, reza un extracto del discurso pronunciado por el príncipe, quien también ha dejado patente su “esperanza” en los vientos de cambio que han de traer las nuevas generaciones.
“A día de hoy estamos viendo situaciones alrededor del mundo en las que la división, el aislamiento y la ira parecen dominarlo todo, mientras el dolor y el trauma salen a la superficie. Pero los veo a ustedes, a la gente como ustedes, y me invade una gran esperanza”, ha añadido el hermano de William de Inglaterra.
Por si eso no fuera suficiente, el príncipe Harry ha querido citar directamente a su esposa para explicar cómo los problemas sociales, políticos y económicos no dejarán de heredarse hasta que una generación específica se dedique a romper la cadena y a desmontar las estructuras que la perpetúan.
“Mi esposa dijo recientemente que nuestra generación, y las que nos preceden, no hemos hecho lo suficiente para arreglar los errores del pasado. Por ello les pido perdón y les digo que lo siento, siento que el mundo en el que vivimos no sea el lugar en el que se merecen vivir. El racismo institucional y el sesgo inconsciente que acarrea no deberían tener lugar en nuestras sociedades, pero por desgracia es endémico”, ha manifestado.