Tras disfrutar de sus primeras navidades como padres, Pippa Middleton y su marido James Matthews han decidido poner rumbo a San Bartolomé para alejarse durante unos días del frío invierno británico y disfrutar de las buenas temperaturas del Caribe. Este miércoles la socialité de 35 años ha sido fotografiada en una playa de la isla saliendo del agua y luciendo una espectacular figura con un revelador bikini blanco a las once semanas de dar a luz, lo que ha venido a demostrar que ella también posee esa buena genética -o la misma fuerza de voluntad- que su hermana la duquesa de Cambridge.
Pippa Middleton a tan solo ocho semanas de dar a luz
La esposa del príncipe William ha acaparado de forma regular titulares en sus primeras apariciones públicas tras el nacimiento de sus tres retoños por la rapidez casi mágica con la que se recuperaba del parto y volvía a lucir su esbelta silueta.
En el caso de Pippa, no es ningún secreto que la hermanísima de Kate es una adicta al deporte y a lo largo de su embarazado mantuvo su saludable estilo de vida hasta el último momento, tal y como ella misma explicó en su columna mensual para la revista de los supermercados Waitrose, en la que no dudaba en recomendar a otras futuras mamás que dieran una oportunidad a la natación en su tercer trimestre de gestación.
En su caso, ese deporte le ayudó a mantenerse activa cuando el resto de actividades físicas resultaban ya demasiado arriesgadas o directamente imposibles de realizar y se convirtieron en el sustituto perfecto de los entrenamientos cuatro o cinco veces por semana que había seguido hasta entonces. “Según van pasando los meses, te notas cada vez más pesada, pero al meterte en el agua sientes esa ligereza que acompaña al flotar, que calma y alivia tu cuerpo, compensa el peso creciente que tiene que soportar la espalda y ayuda a estirar las piernas”, explicaba encantada el pasado agosto acerca de su descubrimiento. Esa rigurosa rutina explicaría en gran parte que Pippa esté tan en forma a pesar de haber sido madre recientemente.