Por Gabriella Morales-Casas
El 1 de julio de 2021 Londres celebra el natalicio 60 de Diana, princesa de Gales, icono royal, cuyo legado sigue vivo y dando batalla dos décadas después de su muerte.
¿Por qué la seguimos amando?
Diana de Gales marcó al menos a dos generaciones de mujeres del siglo XX: a las adolescentes que veían en ella a alguien amorosa y un modelo de estilo, y a las contemporáneas de la propia princesa, quienes se identificaban con sus problemas de la vida real y la admiraban por su capacidad de expresión. Si Grace Kelly hizo a los royals celebridades y su hija Carolina mostró que se podía ser princesa y hippie al mismo tiempo, Lady Diana Spencer vino a revolucionar la imagen y la percepción de los monárquicos de Europa con su frescura, juventud y calidez. En una institución tan obsoleta para las mentes modernas, tan rígida y protocolaria como es la monarquía británica, la bocanada de aire fresco de Diana fue alentadora; tras su intempestiva muerte en 1997, a los 36 años de edad, seguir hablando de ella es honrar su legado y al mismo tiempo es cuestionar sus formas de hacerlo notar. Diana es icónica más allá de su belleza y estilo, es icónica porque es humana y eso implica tener dudas, defectos y errores.
Las revistas como Vanity Fair, Hello! y Tatler hacen estudios morfológicos para adivinar cómo se vería Diana en su madurez y si conservaría su belleza natural a los 60 años. Es imposible saberlo. El 1 de julio de 2021 se celebra en Inglaterra el natalicio 60 de la princesa de Gales, madre de los príncipes de Gales William y Harry; el primero, segundo en la línea de sucesión al trono de la Gran Bretaña y el Commonwealth. El 29 de julio se recuerdan 40 años de su espectacular boda con el príncipe de Gales, Charles. Ambas, celebraciones nostálgicas que acompañan la historia personal de cada mujer que fue y sigue siendo fan de Diana.
¿Por qué la amamos tanto?
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