Así fue como vimos al príncipe Harry en domingo de Pascua; con una nueva imagen, lejos de Inglaterra y exento de toda formalidad Real. El pasado domingo de Pascua pudimos ver al duque de Sussex en compañía de su perrita Pula. Ambos paseaban de lo más tranquilo en las playas de Santa Bárbara, California, disfrutando del sol, el agua y el aire que caracterizan a la zona. Aunque la realeza británica y los duques se han visto envueltos en contextos nada halagadores entre sí, este suceso nos hace pensar que poco a poco los integrantes del escándalo están calmándose. Ninguna expresión preocupante o de enojo fue vista. Nada nos hizo pensar que estuviera en lucha alguna. Por lo menos durante un día, que ya es suficiente.
Recién contratado en dos importantes empresas norteamericanas, Harry —de 36 años— se puso en el mejor mood de Los Ángeles que pudimos ver. Un espíritu relajado, despreocupado y de disfrute. ¿Acaso el príncipe está dejando atrás las apariencias británicas? ¿Será ésta su nueva personalidad? Ahora como Director de Impacto en la empresa de servicios de salud mental BetterUp, y como parte de la comisión de expertos en The Aspen Institute —contra “la desinformación”—, quizás estemos frente al nuevo Harry. Un sujeto cool, renovado, sin complicaciones y lejos de esto. La formalidad de su otra familia: