Éste es el protocolo para hablarle a la reina Isabel II en una situación social. Nada de tocarla, hablarle por su nombre o ser impuntual. Es claro. Sabemos que para ser parte del palacio o para estar en él aunque sea un minuto, hay reglas que cumplir. No es un secreto, además, que éstas sean estrictas y extremadamente costumbristas. Porque en un lugar tan tradicionalista como la Casa Real Británica, pues ¿qué más podríamos esperar? Especialmente cuando hablamos de una figura en particular. La reina. Y es que con ella las cosas se ponen todavía más estrictas. Ni puedes hablarle ni mirarla ni tocarla, sólo porque sí. Claro, muchas figuras públicas desconocían estas recomendaciones cuando la conocieron, rompiendo el protocolo y por consecuente siendo criticados por todos. Medios de comunicación, invitados y, claramente, por la misma familia real. Aclaremos: no existe un reglamento formal. Tampoco es como que haya consecuencias severas por no seguir el dichoso protocolo. ¡Imagínate! Ni modo que te lleven a la horca o encarcelen por no saludar correctamente a la reina. Peor que cuento de Disney sería una situación así. No obstante, algunas personas prefieren apegarse a él para dirigirse a la reina Isabel II de manera adecuada y caer en gracia, que caer en el ridículo o la ofensa. En teoría, este protocolo debe seguirse por los miembros de la realeza. Pero te lo compartimos para que sepas que hacer si alguna vez te encuentras con ella (guiño, guiño) o, simplemente, si la curiosidad no te deja dormir.
Dirígete a ella como Su majestad
Ya sea al tener una conversación o ser presentados, la manera correcta de dirigirte es diciéndole «Your Majesty» de primer momento. Mientras avanza la conversación, es usual —y aceptado— que le digas «Ma’am». Es claro que jamás debes llamarla por su nombre de pila.
Haz una reverencia
La reverencia puede ser con el cuerpo completo o solo con una ligera inclinación de cabeza. Sin embargo, se acostumbra que las mujeres hagan el gesto entero y que los hombres se remitan al más sencillo. Esto incluye, por supuesto, cuando las miradas se cruzan.
Debes cuidar la forma en que te vistes
Para las mujeres: vestido o traje de chaqueta con dos dedos de largo por debajo de la rodilla, zapatos cerrados con tacón de cinco a siete centímetros, el cabello recogido. Para la noche: vestido largo y de preferencia que no sea negro, a menos que esté combinado con otro color. Con los hombres es simplemente una vestimenta formal.
Sé puntual
Los invitados de la realeza siempre deben llegar a tiempo y un poco antes que la familia real. Tú puedes esperar a la reina si es necesario —que en realidad eso es casi imposible que suceda—, pero no al revés.
Debes estar de pie al recibirla
Esta norma es usual y básica.
No le hables a menos que ella se dirija a ti primero
No tomes la iniciativa hasta que ella decida arrancar la conversación. Esto es algo básico.
No la toques
Varios han cometido este error y, como dijimos, nadie podría tener severas consecuencias por ello, pero el escarnio de todos puede ser demasiado evidente. Tener contacto físico con ella está prohibido. Nadie te dirá nada, por supuesto. Pero imagínate tocando su hombro para pedirle permiso. Simplemente es algo que todos recibirían como incómodo. En todo caso, sólo debes darle la mano para saludar si ella te la ofrece primero.
Al cenar, espera
Es ella quien marca el ritmo sobre la mesa. Nadie empieza y a nadie se le retiran los platos, hasta que ella da la señal.
La primera conversación la lleva a cabo con la persona de su derecha
Cuando está a la mesa o en alguna cena, la reina suele hablar primero con la persona sentada a su derecha. Esto se debe que ésta es considerada habitualmente como la invitada de honor. En el segundo tiempo de la comida o cena, tendrá una conversación con la persona sentada del lado izquierdo. Esto no debe romperse por nada del mundo.
No puedes irte antes que ella
Tampoco es que la reina sea de pary hard. Sólo es por una cuestión de respeto.
No debes darle la espalda
Igual que el punto anterior, se considera una grosería darle la espalda a la reina durante una conversación o un evento. De hecho, es incómodo con cualquier, ¿no? Simplemente es algo que se cuida en toda circunstancia.