La princesa Kalina de Bulgaria, descendiente del último zar Simeón II, ha llamado la atención una vez más, esta vez por su sorprendente transformación física.
A sus 52 años, esta aristócrata ha desafiado los estereotipos tradicionales sobre la apariencia real con un cambio radical que ha capturado la atención de medios y seguidores por igual.
Una transformación llamativa
Recientemente, en la ceremonia de traslado de las cenizas del zar Fernando I, Kalina sorprendió con un traje que dejaba al descubierto unos brazos notablemente musculosos y hombros anchos, signos de su compromiso con el deporte y la salud física.
“Soy deportista”, explicó la princesa, al explicar su apariencia atlética como resultado de su entrenamiento con pesas. Este cambio le ha valido el apodo de “la princesa fit” entre sus seguidores y la prensa.
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Un princesa con imagen controversial
A lo largo de los años, Kalina ha sido conocida por sus atuendos audaces y maquillaje original, elementos que han marcado su estilo único y a menudo controvertido.
Sin embargo, detrás de su transformación también hay historias de desafíos personales, como una operación en la nariz necesaria por un problema de salud causado por una infección después de una intervención odontológica fallida. Este episodio, revelado por su esposo, Kitín Muñoz, destaca la complejidad de su vida más allá de las cámaras.
Un estilo de vida saludable
Kalina no solo se dedica al deporte, también mantiene un estilo de vida saludable junto a su esposo, ambos evitan el alcohol y siguen una dieta vegetariana. Su deporte favorito es el esquí, lo cual complementa su régimen de entrenamiento físico y refuerza su imagen como una aristócrata moderna y activa.
H2 Vida personal de Kalina de Bulgaria
Nacida en Madrid en 1972, Kalina es hija del primer ministro búlgaro Simeón de Sajonia-Coburgo y la aristócrata española Margarita Gómez-Acebo.
Su matrimonio con el explorador español Kitín Muñoz en Bulgaria y el nacimiento de su hijo Simeón Hassan Muñoz, han sido eventos destacados en su vida personal, en cada uno refleja su enfoque de mantener una conexión fuerte con sus raíces y tradiciones, a la vez que vive de manera poco convencional y auténtica.
La princesa Kalina de Bulgaria continúa fascinando y sorprendiendo al público tanto por su personalidad como por su apariencia. A través de su transformación, ha demostrado que la realeza puede romper moldes y establecer nuevos estándares de lo que significa ser un miembro de la aristocracia en el mundo moderno. Su historia es un testimonio de individualidad, resistencia y el poder de la autenticidad en un mundo que a menudo valora la conformidad.
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