Por Alejandra Morón Instagram: @moronitas
Luego de la declaración que hicieron Meghan Markle y el príncipe Harry sobre su decisión de dejar sus funciones de primer rango en la familia real británica, la reina Isabel emitió un breve comunicado. En el escueto documento, la Casa Real Británica asegura que ‘comprendía’ el deseo de los duques de Sussex de alejarse de sus compromisos reales, pero enfatizó que este tema es ‘complicado’ por lo que se iba a necesitar ‘tiempo’. “Las discusiones con el duque y la duquesa de Sussex se hallan en un estado precoz. Entendemos su deseo de adoptar un enfoque diferente, pero estos son problemas complicados que llevarán tiempo resolver”, dice el comunicado. https://twitter.com/RoyalFamily/status/1215027037867532288?s=20
Meghan y Harry no consultaron a la reina Isabel
Luego del comunicado que los duques de Sussex, los periodistas que cubren a la realeza británica se mostraron sorprendidos con la decisión y aseguraron que ningún miembro de la Casa Real fue consultado antes de compartir el documento. De hecho, el corresponsal real de la BBC, Jonny Dymond, dijo en su cuenta Twitter que “ningún otro miembro de la Familia Real fue consultado” antes de la publicación de la declaración de Meghan y Harry. https://twitter.com/JonnyDymond/status/1215004349346308096?s=20 Dymond también dijo que ‘se entiende’ que el Palacio de Buckingham “está ‘decepcionado’”. Sin embargo, en la declaración que Harry y Meghan compartieron, la pareja aseguró que está decisión la hicieron con “el apoyo” de la reina Isabel, y que por ello ambos “nos sentimos preparados para hacer este ajuste”. E incluso externaron su deseo de “trabajar para ser financieramente independientes”, pero “sin dejar de apoyar plenamente a Su Majestad la Reina”. https://www.instagram.com/p/B7EaGS_Jpb9/ “Ahora planeamos equilibrar nuestro tiempo entre el Reino Unido y América del Norte, continuando honrando nuestro deber hacia La Reina, la Commonwealth y nuestros patrocinios”, comentaron en su comunicado. Al parecer, este documento no fue revisado con anticipación por la reina Isabel II, ni por ningún otro miembro de la Casa Real Británica.