Por Bang Showbiz @CARASmexico
Puede que la boda de la princesa Beatriz vaya a ser un evento relativamente discreto en comparación con la de otros miembros de su familia debido al escándalo que ha provocado la conexión de su padre con el empresario Jeffrey Epstein, que se suicidó el pasado verano en prisión mientras esperaba a ser juzgado por tráfico sexual de menores. Sin embargo, la hija del príncipe Andrés no deja de ser un miembro de la monarquía británica y como tal hay cierto protocolo que se espera que se cumpla en una ocasión tan solemne.
Por el momento, se ha confirmado que los anillos que intercambiará el próximo 29 de mayo con su futuro marido Edoardo Mapelli Mozzi serán confeccionados con oro puro procedente de una mina concreta del norte de Gales -actualmente cerrada- de la que lleva extrayéndose desde hace un siglo el material con que se elaboran las alianzas de los Windsor, incluida la de Isabel II. Esta práctica se inició cuando la reina madre contrajo matrimonio con el rey Jorge VI en 1923 y desde entonces la princesa Margarita -hermana de la actual soberana- o la princesa Ana y el príncipe de Galés -sus dos hijos mayores- han querido seguir su ejemplo. Los últimos enlace reales más mediáticos, el del príncipe William y el de su hermano Harry o la prima de ambos, la princesa Eugenia -hermana de Beatriz-, también cumplieron con esa tradición.
Por otra parte, se espera que en su gran día la princesa Beatriz aparezca por primera vez en público luciendo una tiara, aunque aún no se sabe cuál elegirá de todas las que hay en la colección de su abuela. Eso sí, su entrada en la capilla real del palacio de St. James vestida de blanco solo la podrán presenciar los invitados y los curiosos que se acerquen hasta allí, porque la ceremonia no será televisada.